Las riquezas del alma no pueden
comprarse con nada que sea de este mundo material. Aquellos que no VEN, viven
enceguecidos por el brillo del metal, de la fama, son encandilados por la
idiotez de la auto importancia, el nivel social, los celos, las envidias, y
toda clase de bajezas que no pertenecen al mundo espiritual de una persona que
quiere avanzar en el camino. Todas estas realidades llenan los corazones de las
personas pobres desde el alma.
Si no
podemos ver más allá las limitaciones de nuestros egos, estamos condenados a
llevar una vida sin brillo, sufriendo las consecuencias del hastío cotidiano de
realizar siempre las mismas cosas, imposibilitados para ver que todo puede
transformarse en un acto de gracia.
El
mundo camina por el filo de la desesperación. El mismo sufrimiento de siempre.
Lo venimos haciendo desde que estamos sobre la tierra, repitiendo siempre el
mismo patrón. Y veo que aún no hemos aprendido nada de todas las grandes
enseñanzas que nos legaron aquellos Grandes Maestros. Seguimos sin comprender
los mensajes emanados de esos seres humanos que vieron la Realidad del Camino. ¿Y
nos hemos conformado con seguir sus palabras, repetirlas de memoria sin
comprenderlas? ¿Sin experimentarlas? Continuamos el camino como tiernas ovejas
sin cuestionar nada, transformados en simples máquinas repetidoras de dogmas e
ideologías.
Sin la
experimentación de lo Sagrado, es imposible que podamos alcanzar la comprensión
de nosotros mismos. No es lo mismo seguir a Jesús, Buda, Mahoma o quién sea.
Todos tenemos la capacidad de mejorarnos y transformarnos e incluso superar sus
enseñanzas.
Juan Pomponio 2012
2 comentarios:
Me gusta..
Muchas gracias por tu comentario.
Saludos del sol
Juan Pomponio
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