sábado, 31 de enero de 2009

POEMAS DE GUSTAVO VILLALBA

Gustavo Villalba es un poeta de mi barrio, nacido en La Paternal (Buenos Aires)pero su infancia transcurrió en "Las orillas tiernas e inquietas de Montserrat", como dice la canción de Víctor Heredia. Mucho tiempo después rumbeó para las tierras de Berazategui.




VISITACIÒN

Volvió a cantar su eterna letanía
el claro viento en triste madrugada
y remoto aquél nombre dio en mis labios
bordando de impaciencia la alborada.
Era tu nombre alado el que decía
mi voz como sirena desbocada
buscando en la penumbra aquel perfume
que dulce a mis suspiros derramaras.
Otra vez, encontrarle al fuego un rostro
que de la ancestral pena me llamara
a remontar senderos olvidados
esperando encontrarme con tu gracia.
Aunque sé que hecha estás como de hojas
que la brisa a su antojo desparrama
te posas levemente en mi tristeza
y enciendes la canción y la palabra.
Y vienes como luz en mi silencio
y descubres aquello que callaba
la noche en su quietud inabarcable
haciendo despertar a las campanas.
Y sin temer al hierro ni a la espina
que siempre mis deseos coronaran
te recibí saliendo hacia tu abrazo
visitación de amor iluminada.
Cuando creyó la sangre que debía
silenciar su ansiedad de beso y alas
desbordó de su cauce en los latidos
y abrió las puertas cuando tú llegabas.
Y vuelve la tormenta desde lejos
agitando ramajes y esperanzas
y vienes regalando soledades
y abriendo los diques de las lágrimas.
Canta el viento su dura letanía
anunciando agitado tu llegada
entras a mi recinto tiernamente
trayendo con tu nombre la nostalgia.
Pero aún así amaré lo que me traes
cuando alumbres mi espera desvelada
y tu ausencia se vuelva melodía
que solo escucharé al llegar el alba.

Gustavo Villalba 2007

gusenvi@hotmail.com

viernes, 30 de enero de 2009

POEMA DE "FRAGUA UNIVERSAL"


Foto Juan Pomponio

MAGIA ANDINA

Cae la lluvia sobre la plaza
tres luces resisten la niebla
el agua lleva vestigios
de otras voces antiguas.

Un arpa venezolana
ríe y llora
en la tasca de Goyo.

Un hombre sube la cuesta
repican las campanas
de San Bartolomé.

En El Cobre
la magia andina
recorre las calles.

Juan Pomponio 2009

miércoles, 28 de enero de 2009

LLUVIAS TORRENCIALES (NUEVO POEMARIO)



HACIA LA ETERNIDAD

Besar el simple contorno del grito solo
besarte hasta que el silencio desgrane
la agonía lenta, musical.
Besar el murmullo de labios incrustados
sobre el húmedo aliento de luz,
besar la inquietud del deseo renovado
por movimientos tenues.
Saborear el estigma líquido
descifrado en relatos abandonados
donde existen besos antiguos
con el toque leve de pasiones robadas
en alguna historia sin recuerdos.
Besar el agua calma de tu memoria
para inventar canciones furiosas
despertar al invencible beso,
leve, siempre leve, nuevamente suave,
como un pequeño capullo de sol.
Besar, besar y volver a besar siempre,
besar la ilusión del campo sembrado
con raíces tímidas donde circulan besos
aun no germinados.
Besar y volver a besar sin pausa, sin tregua
besar tu invisible cuerpo de fibras naturales
extraídas de un bosque lejano
donde crecen besos vírgenes
cultivados por seres enamorados
utilizando herramientas sencillas
como un simple beso.
Refugio de marchas agotadas
buscando el secreto campo donde dicen:
todavía se recogen melodías
impregnadas por un beso.

Juan Pomponio 2009 (LLUVIAS TORRENCIALES)

martes, 27 de enero de 2009

POESÍA DE MARTA ZABALETA



Mira la noche

La niña mira la noche
Porque descienden
Tres caballos largos como lagartos.

La noche mira a la niña
Porque en la espera
Tres Hombres Sabios prenden las velas.

Como la nieve
Duerme a los pájaros
La niña sueña.

Han dejado a su paso
Los hombres fuertes
Un regadío de pies descalzos.

Cuando el mundo despierte
En epifanía, en sus despojos
Los noticieros dirán los muertos.

Será suya la bomba
Disfrazada de juguete
Que le dejaron los hombres magos.

Día de Reyes, 6 de enero 2009, Londres

Marta Zabaleta

Datos personales

Doctora en Estudios del Desarrollo de la University de Sussex,(D.Phil. I.D.S. 1989) Honorary Visiting Senior Lecturer, Latin American Development and Gendered Cultural Studies, School of Arts and Education, Middlesex University, London, UK Madre, escritora y poeta.

POEMA HOMENAJE DE FELICIANO MEJÍA HIDALGO




CANTO A JUANITO POMPONIO A RITMO DE LLANERA Y WAYNO DE NUEVOS TIPOS

¡Carajos míos, no oculten la metralletas,
que llega con nuevos bríos
Juan Pomponio el Nuevo hombre!

Tenía miedo a salir de su pago o su chabola,
se rascaba las pelotas
hasta hacerlas enronchar,
y gritaba desde la pampa argentina
que los concha de sus madres escupían su poema.
Tenía cara de niño,
un sombrero de cuero de vaca gorda,
un poncho de vaqueano viejo,
una sonrisa de perla,
diez metros de cabellera
y una gitana hermosa de ruleros y enrubiada
que la hacía chillar
como gato escaldo
por noches de fría orgía
o los días de calor única.
Lloraba como Adventista esos del Sétimo Día.
Pedía a grito pelado una cerveza helada
y sólo le daban agua
que le enronchaba los huesos
y le herrumbraba el alma.

Ay, Juanito, que pena que tú me dabas
mirándote sin mirar desde la cima del Ande.

Yo consulté con los Diablos,
hablé de ti a los tapires,
le pregunté a los ancianos de Chan-Chán
de rostro arrugado y chancaca:
¿qué hacemos por este humano hermano de San Martín?
Tráigalo pronto al Perú, fue la orden
del Mayor de los Demonios.

¿Y si me lo matan, dije, los soldados
(esas mierdas de estas tierras)
como a golpes lo mataron y a picanas
a mi dulce James Oscco,
mi poeta de Calcauso?, dije y quise retrucar.

Un temblor de tierra agria
grito de nuevo en susurro:
Tráigalo al Perú, a curarlo, pero que pase primero
por la casa del Kirguise Luis Arias Manzo de Chile,
que vaya, de una a Santiago,
a que le carguen de balas las alforjas repujadas.
Que aquí, en las marismas y arenas
y piedras de los milenios del Cusco y de Trujillo
usted será responsable de su vida y de su honra
y de ponerle en las venas 500 cabos de dinamita.

Y así, señores, yo no les miento tantito,
que llegó el Juan Ponponio, el de la mirada añil,
y lo esperé en medio día de las 11 en punto y sol
en una plaza de piedra
donde mataron a un hombre jalado por cuatro bestias
ensilladas y como era ese gigante, demasiado fuerte
y bruno, llamado Túpac Amaru,
lo machetearon con hachas densas y frías traídas desde Toledo.

Yo lo abracé y reí,
y punto.

Traía como cohorte cuatro mujeres muy bellas,
pampeanas y argentianas:
una para frotarle las piernas llenas de pelos,
otra rubia ensortijada, blanca de tez marmoril,
de risa de dulce crótalo
para chuparle el pene,
otra negra de piel de caliente porcelana
y mirada de pantera y andar de dátil
con huellas de lince en medio de las palmeras
mientras cocía los platos que a diario a él servía,
y la cuarta era mujer, si mujer puede decirse, a una belleza de ángel,
de góndola y de faisanes
que le daba su vagina día y noche, noche y día.

Yo le abrí un cuchitril de fina chicha de jora,
y le abrí sin anunciarle 36 botellas de aguardiente y finas
y muy ocultas hiervas,
y me lo puse a gritar sus versos por las calles empedradas
y salones de conventos de micrófonos y cirios
y le obligué a mirar los ojos, de frente a frente, de mis hermanos del hambre,
aquellos hijos del hombre que construyeron las fortalezas de piedra
y que hoy llenos de rotos los ponchos y los espíritus,
reciben como salario
escupitajos del Yanki;
y lo alenté a seguir caminando por Lima de podredumbre
con sus versos convertidos en fría corriente alterna,
y con extrema precaución
lo conduje a los desiertos donde moran nuestros muertos
en una ciudad de barro más gigante que Los Ángeles,
y le hice comer comida ceremonial frente 180 ancianas,
y lo alojé en un cuarto de piedra para él solo
y sus cuatro barraganas
y le hice cantar nuevos versos de sus libros y papeles.

Así fue: los caballos de totora lo miraban,
el sol rojo de Sipán lo miraba,
las prensas de los periódicos lo enfocaban,
y una Anciana Osa, oculta tras sus aretes,
oíale rezar sus versos
sin preguntarle su nombre.

En la Calle de Los Liros, los dos, con una copa de ron
blanco, Juan Pomponio preguntaba
con su dejo argentino:
ey, Feliciano, no veo, dónde están los guerrilleros
y sus maletas del armas,
junto a un vendedor de jugos chaparrito y sudoroso
con su carrito de ruedas y de madera.
Yo me quedaba callado
junto al vendedor de jugos, callado, y casi reía
con la mirada mirando a Juan Pomponio, junto al vendedor de jugos
que es Jefe de la Cuarta Zona de Combate
de la guerrilla peruana.
En tres de sus recitales, oyendo su poesía, hubo como 32
Combatientes silenciosos entre cientos de tertulios,
que Juanito no miraba ni tenía
por qué razón de mirarlos, pero ellos lo miraban
y degustaban sus palabras.

Y lo solté como un Puma para las tierras de Quito,
con sus maletas cargadas
y sus cuatro barraganas.
Quiso que quiso que quiso
que fuera con él a las Tierras de Orinoco:
ey, Feliciano te pago entero todo el pasaje,
ey, Feliciano te presto dos de mis lindas mujeres,
ey, Feliciano te hago que te publiquen tres libros de la ruma que tú tiene
sin publicar y no quieres,
ey, Feliciano, gran puta, no me dejes ya más solo
como una calandria yerta.

Yo le miraba y reía y miraba
su frente y calva incipiente.
Y le puse lentamente en un fino bus de feria
tras palpar el nivel y la color
de su sangre
y la carga de sus venas y el chispear de su aorta.

Tres Cóndores Escarlatas
con ojos de obsidiana
fueron soltados tras él para vigilar sus pasos
y cuidar que no me lo destrozaran
las fieras, como al poeta James Oscco.

Y se fue como se van los machos con pantalones
a fajarse en las llanuras de Bogotá y Medellín,
a comer los higos pasas de Zulia y de Maracaibo,
diciendo a gritos Perú y escribiendo nuevos versos.
Y se perdió por las breñas
de los Guájaros morenos
como andan los lanceros de la Patagonia fucsia.
Y después de haber probado
los labios de 36 otras perversas,
ha regresado a sus pagos, a la Argentina sin nombre.

Lleva una brillante cepillada
de calva que le da un aire de Buda reterosado,
de hooligan desbocado,
de cracker con olor de marihuana,
y un aire de Querubín que snifa la cocaína.

Ah, ese Juanito Pomponio, que lloraba su silencio,
ya no existe.

Ahora es un caballista
de adarga y aguamanil
que no torcerá su brazo
ante el asalto del vil.


©F.M.
De: MARIRÍ (inédito)

lunes, 26 de enero de 2009

POESÍA Y BELLA LOCURA EN EL FORTÍN ROJO

Contemplando el misterio del fuego



Ritual del fuego poblado de salamandras



Revolviendo la natilla



Una oración por la Paz Mundial

A PEDIDO DE LUZ DARY Y HENRY (SAN SEBASTIÁN DE PALMITAS) COLOMBIA

Miguel Árcangel, un Guerrero Solar orando por la Paz Mundial.



La belleza de la gente de San Sebastián de Palmitas, no tiene límites.



Asoma la luna en el "Fortín Rojo", noche memorable de aguardiente, aguapanela con malvón, natilla y poesía.

“El Arriero y la montaña bajo el alba” en la IV Feria del Libro de Trujillo



Universidad Nacional de Cajamarca presente con obra del laureado poeta peruano Bethoven Medina

Universidad Nacional de Cajamarca (UNC), presentará el libro “El arriero y la montaña bajo el alba” del poeta Bethoven Medina Sánchez en la IV Feria del Libro de Trujillo que este año tiene como invitado de honor al novelista Mario Vargas Llosa. La presentación estará a cargo del poeta Dr. Luis Eduardo García y será este sábado 31 de enero a las 5.00 p.m. (hora exacta) en el Auditórium José Watanabe del Recinto Ferial y con programa especial.
El poeta Medina, quien hasta hace poco radicó en Cajamarca desempeñando sus funciones profesionales en Caja Nuestra Gente y docencia universitaria en la Universidad Privada Antonio Guillermo Urrelo, nació en Trujillo y se graduó como ingeniero agrónomo en la UNC, asimismo es Magíster en Ciencias Económicas, Mención Finanzas, por la Universidad Nacional de Trujillo. Ha obtenido importantes premios nacionales e internacionales, entre otros: Primera Mención Honrosa Especial V Concurso "El Poeta Joven del Perú" (1980), Premio Internacional de Poesía "Mairena" (Puerto Rico, 1985) y II Premio Bienal de Poesía Infantil ICPNA 2007. Ha publicado diversos libros Necesario silencio para que las hojas conversen (1ra. Edic. "Cuadernos Trimestrales de Poesía", 1980; 2da. Edic. Revista Hispanoamericana "Norte", México, 1982; 3ra. Edic. Runakay, 2002), Quebradas las alas (Edic. "Cuadernos del Hipocampo", 1983), Volumen de vida (Edic. Colección Homenaje Centenario César Vallejo, 1992), Expediente para nuevo juicio (Arteidea Editores, 1998) e Y Antes Niegue sus Luces el Sol (Arteidea Editores, 2003), Antología Esencial (Petroglifo, 2005) y Cerrito del Amanecer (Ornitorrinco, 2007). Ha sido incluido en importantes antologías del Perú y el extranjero. En 1997 fue considerado en el “Inventario de la Poesía en Lengua Española”, de la Asociación Prometeo de Poesía, Dirección: Juan Ruiz de Torres (Madrid, España) y su obra está fichada en la Biblioteca del Congreso de EEUU. Sus poemas se han difundido en diarios y revistas de Perú, Chile, Argentina, México, Puerto Rico, España y Alemania.
“El arriero y la montaña bajo el alba” se ha presentado en otras ciudades del Perú; en esta oportunidad será en IV FERIA DEL LIBRO DE TRUJILLO, ciudad natal del vate. Sobre Medina el Rector de la UNC, Dr. Angelmiro Montoya Mestanza, ha expresado: “como egresado de nuestra Alma Mater, ha sabido cimentar, con su valiosa y destacada obra poética, su ejercicio profesional de primer nivel que prestigia a nuestra comunidad universitaria. Ambas disciplinas, ingeniería y poesía, las ha cultivado con perseverancia y mejora continua, mereciendo justos reconocimientos, como el que acabamos de imponerle: Medalla de Oro y placa recordatorio, por su valioso aporte a la cultura nacional”.
En lo que respecta A “El arriero y la montaña bajo el alba”, José Antonio Mazzotti: ha expresado que “el valle de la poesía peruana se refresca –al fin- en este intenso libro”, Roger Santibáñez, por su parte, ha reseñado que “labra su mejor poesía” y Julio Carmona ha escrito que “para bien de sus lectores, nos anuncia el advenimiento del alba, que es o opuesto al presente tenebroso”. No olvidemos que Ricardo González Vigil, últimamente lo calificó en su balance crítico como un libro de destacada calidad.
En cuanto a la obra poética general de Medina Sánchez, el escritor piurano Alberto Alarcón, afirma que “En este libro de Medina ofrecemos un conjunto de textos en los que lo primero que hay que reconocer es una ostensible solución de continuidad y, luego, una gran intuición para trascender los puntos de vista personales y afincarse en espacios y asuntos cada vez más amplios y diversos. Los libros de Medina publicados hasta aquí, han venido confirmando el crecimiento natural de su poesía, en un proceso donde lo lírico ha ido cediendo paso, también de un modo natural y espontáneo, a una voz épica que lo coloca como uno de los representantes de lo que Antonio Cornejo Polar denominó «proyecto poético alternativo, cuyos gérmenes surgen entre los años 70 y 80, con representantes como Pedro Escribano, Róger Santiváñez y Gustavo Armijos.”

Todos estamos invitados. El ingreso es libre.