sábado, 10 de octubre de 2009

ENTREVISTA AL POETA GUSTAVO TISOCCO




El poeta Gustavo Tisocco nos dice: “Dijo que no, que no renunciaba al paraíso / pero cayó en sus brazos. / De todos los venenos / eligió la fragancia / de sus pies desnudos. / Desoyendo mandamientos / aspiró el néctar salado / y se cumplió el designio. /Ahora la consume el fuego.” Esa es la voz del poeta ¿Qué podría agregar con mis palabras cuando todo está contenido en su obra? Disfrutemos de su pensamiento para conocer un poco más al hombre que existe detrás del nombre.

Juan Pomponio, Ranelagh, 10 de octubre de 2009

ENTREVISTA


1 – Muchas veces me preguntan sobre la diferencia entre un poeta y un escritor. ¿Existe algo así?

El poeta desde el sentimiento, desde el compromiso con la PALABRA grita, pone al descubierto lo que nos duele como así también lo que nos otorga el elixir de la belleza. El poeta pone de sí la tinta de su sangre y aunque salga herido la eternidad reside en ello.
El poeta conoce los rincones que pocos habitan, conoce de la luz, también del universo.
El escritor escribe.

2 - ¿Cómo se llevan Gustavo Tisocco médico neonatólogo con el Poeta Gustavo Tisocco?

Ambas tareas son tomadas con amor, respeto, compromiso y admiración. Soy feliz pudiendo llevar a cabo ambas cosas, sin que la una le quite a la otra algo de mí.
Obviamente las dos me otorgan la proeza de la magia. Quizás sí con neonatología vivo desde lo material, al cobrar por mi trabajo un sueldo, pero con la poesía, ay con la poesía, vivo en lo más elevado que se puede vivir orillando sentimientos y llenando mi espíritu de las estrellas que me otorga el cosmos.


3 - ¿La poesía vino después de medicina o cómo fueron ambos encuentros?

La poesía estuvo desde que necesité expresarme, siempre fue mi habitante, siempre tomó mi casa. La neonatología vino después con las opciones de la vida.

4 - ¿Cuál es la importancia de obtener un premio literario? ¿Existen los concursos arreglados de antemano?

Un premio es un estimulo, siempre que sea algo genuino y transparente, siempre que para ello no dejemos cadáveres en el camino. Concurso hubo, hay y habrá de todo. Nunca concurso en nada que haya que pagar. Para mí el mejor premio es la comunidad con los demás poetas.

5 - ¿Qué recuerdo más nítido puedes contarnos del pueblo de tu infancia?

Son tantos Juan que me embarga el olor a mandarina, los nísperos en la casa de mi abuelo, las glicinas en el patio de la abuela. Mi río, las calles de piedra, mi bicicleta.
Los amigos de la infancia, que son los eternos, mis hermanos, el juego a la escondida, la rayuela y mis padres siempre abrazando, como hasta ahora.

6 – Seguramente como médico habrás tenido contacto con la muerte ¿Cómo la ve el Dr. Tisocco y cómo la percibe el Poeta?

El doctor y el poeta la ven como parte del vivir.
Es como lo dice la filosofía oriental al hablar de los karmas, todos tenemos acá en la tierra una misión, una impuesta kármica, algunos la pagan sobre que nacen, cumplen su misión, otros deben vivir mucho tiempo, incluso reencarnarse, para poder lograr así la sabiduría total, la eternidad.
La muerte no me asusta ni me duele, sí me asusta dejar a los que amo y viceversa.


7 – Si te digo la palabra AMOR ¿Qué poema tuyo nos regalarías para poder disfrutarlo?

Te dejo el que me representa, el más genuino desde mi elección sexual.

Confieso que he amado
y me apuntaron todas las manos
y sangró mi casa
y estuve en guillotinas
de lenguas pudorosas
y denunciaron mi corazón desnudo
y encarcelaron los gorriones de mis ojos
y solo me dieron un vino rancio
que no bebí.

Confieso que he amado
y es mi gloria la condena.




8 - ¿Cómo ves el estado actual de la humanidad?

El hambre, las guerras, el egoísmo de los que nos gobiernan, el egoísmo de los que están en contra de tal o cual gobierno, la ambición, el poder, la discriminación, todo nos llevó a un fondo oscuro y doloroso.
Creo sí que muchos empezamos a buscar ese mundo ideal que tanto anhelamos. Por suerte hoy valoramos nuevamente la Paz, la ecología y la espiritualidad, lo que nos llevará a lograr ese soñado mundo mejor. Ojalá la humanidad toda sea conciente que la riqueza reside en la entrega al otro desde la única consigna de lograr así la felicidad.

Muchas gracias Juan por ser parte de este mundo mejor que empezó a abrirnos sus puertas.
Un abrazo Gus.

jueves, 8 de octubre de 2009

"ADVERSUS" DE JULIÁN CHAPPA



Adversidad, adverso, adversus. Versus. Yo versus mi circunstancia, desafío y autodesafío. Mi estrategia es unirme a mi circunstancia y luchar juntos contra nuestro enemigo en común. La adversidad es el telón de fondo sobre el cual la vida nos prueba (o desaprueba), nos pone a prueba en momentos que parecen callejones sin salida, o al menos sin salida visible.

Circunstancias en las que muchos le piden clemencia la mundo, o a su Dios. Otros piensan que llegó el momento de sacar a relucir esa fuerza interior que poseen en sus profundidades, ese ingrediente muy necesario para soportar la "conciencia de precariedad" en la que se encuentran inmersos, ese pinchazo metafísico que merodea en los alrededores de nuestra mente, buscando el momento oportuno para violar nuestras defensas y hacernos mella.

Es entonces cuando resulta fundamental «encorsetarnos» para no perder de vista nuestro puerto de destino, para entender que es primordial conservar por todos los medios nuestra línea de flotación, ese mínimo horizonte de posibilidades que nos preserva. Es ahí donde hay que aprender a golpes la lección de ser rehenes de nosotros mismos, de saber maltratarnos en la medida justa para obligarnos a mejorar, hacernos dar cuenta que no podemos darnos el lujo de marearnos, aunque vivamos sobre una esfera que gira eternamente.

Estamos implicados en un complejo juego de mecanismos que escapan largamente a nuestro intelecto, que nos supera individual y colectivamente, en el tiempo y en el espacio. Y nadie escapa. Y nadie es capaz de librarse de esta libertad condicionada, aunque la de algunos parezca acondicionada por el tamiz de lo material.

Pero el espíritu poco entiende de eso, ese inexpugnable templo es eso: inexpugnable, impenetrable. Sólo nosotros podemos ingresar a él, pero ni siquiera nosotros mismos somos capaces de salir de él. El mundo desprecia el espíritu, el mundo le da la espalda al espíritu. El mundo se da la espalda a sí mismo (aunque nos mire de frente con sus luminosas brillantes luces).

¿Debemos deducir de ello que el mundo es una apariencia, que muestra pero que no demuestra, que la esencia y la verdad parecen alejarse de él a cada momento? Intenta explicarse a sí mismo, eso por lo que luchamos y buscamos en nosotros, eso que también luchamos para no conseguir como sociedad. Es contradictorio. Somos una contradicción (o millones). Este mundo quiere «no ser» porque se conforma con la apariencia, pero lo extraño es que es consciente de que lo que ve no es lo que siente, y se autoengaña.

Llega un día en que la mentira es la verdad a fuerza de persistencia de falsedades que cumplen funciones de verdad. Allí muere la razón, la batalla se torna desigual. Se pierde la más preciosa de las batallas: la de las ideas. ¿Nos negamos a conocer? Sí y no, aunque parece que el «no» ganará la partida. La apariencia gana terreno, la verdad se vuelve menos palpable, más abstracta. Pierde presencia en la cotidianeidad.

Sobreviene la enfermedad: la gente comienza a desconocer la verdad y hasta a despreciarla, ya que pierde la capacidad de reconocerla, aunque se tope con ella. El concepto de mentira monopoliza el campo de lo posible, empobreciendo nuestra capacidad de discernimiento. La esencia de las cosas se artificializa, se pierde el norte.

El hombre veraz, esa especie en extinción, comienza a ser mirado de reojo, a inspirar desconfianza, a sentirse cada día más solo (y hasta a dudar de sí). Y de su certeza de que duda. Porque a la verdad sólo se llega dudando, caminando entre arenas movedizas. El oxígeno de los demás se le hace irrespirable, la verdad pierde no sólo su entidad metafísica, sino hasta su capacidad de ser nombrada, su valor intrínseco.

El hombre moderno no cree más que en lo que es inteligible, nombrado, tocado, consumido, viciado... El sentido es el sinsentido. La superficie es la norma, y la norma es no mirar por detrás, ni por debajo. Dudar es pecar contra lo que el mundo ha institucionalizado.

El juego concluye castigando a la verdad, sancionando a los «complejizadores» de ésta empobrecida realidad, a quienes no miran el oleaje, sino las circunstancias que lo provocan. Pero esto no es provocar a la inteligencia, sino menospreciarla, castigarla como algo superfluo. El hombre que cuestiona ya no es imprescindible, porque lo imprescindible es ahora lo accesorio.

lunes, 5 de octubre de 2009

FRUTOLOGÍA DE EROS

Tener a Ramiro Lagos, es un lujo para la Fragua. Gracias Maestro por estar aquí.

Lo saludo desde Buenos Aires

Juan Pomponio

PORTADA DEL LIBRO




“LA EMPERATRIZ DE LA CAMPIÑA”

( Piña de Santander, Colombia)

Como una emperatriz de la campiña
coronada de rayos, con su manto
de brocado de oro, yo te canto
tu realeza frutal, !oh rubia piña!

La patria con su emporio entre rapiña,
no te ignora del todo por tu encanto,
te saca el jugo…y tu valor es tanto
como una emperatriz que oro apiña.

Vasallo de tu gusto, raja a raja,
te acrisolo tu zumo. Te hago alhaja
con tus tajos de sol bajo la brisa,

para darte renombre, y quien te evoca,
sabe el placer de estar de boca en boca,
con tu jugo, tu miel y tu sonrisa.


LA PAPAYA FRUTA BOMBA

(Allá en Cuba} Eros se desenfrena, baje o suba
a buscar el amor, allá se anida
tras la hoja de parra apetecida
mientras hunde su pico de uva en uva.

Busca Eros, lo extraño: la curuba,
el zapote de fibra preferida,
el mamey, el anón, o la escondida
nuez del amor que se descubre en Cuba.

Bajo el papayo donde esta su trono,
Eros se desenfrena y da su tono
con ansiedad, pasándose de raya

y ardiente mima y chupa, y en su rito,
se arrodilla ante ella y crea el mito
que hay en la fruta bomba: !la papaya!


EL MAESTRO RAMIRO LAGOS



Frutología de Eros, poesía y pintura(2007).

Libro único de la literatura hispanoamericana. Es un acierto de trascendencia literaria y un logro del poeta colombiano Ramiro Lagos el haber entroncando su temario frutero tropical con el clásico LIBRO DEL BUEN AMOR escrito por el Arcipreste de Hita en el siglo XIV, época primigenia en que por primera vez en la literatura hispánica las frutas son encarnación de los dulces amantes. Fue una demostración de talento artístico del bardo poder concatenar el tema de las frutas del Arcipreste: Don Melón y Doña Endrina, hasta abarcar en tierra tropicales, tópicos similares que aparecen esporádicamente en nuestra literatura hispanoamericana hasta el siglo XXI, culminando con una obra excepcional, donde el poeta de la mano de Eros, románticamente se pasea por los edenes de su tierra nativa, Colombia, y de Sur América, para encontrase con la simbólica fruta cosmopolita de Argentina..
Se anota que en libro colaboran 14 pintores con 26 oleos y es un homenaje a la exuberancia de Nuestra America reflejada en sus frutas seductoras. Ahora el homenaje es para el maestro poeta incluyendo la loa a los maestros pintores de Santander, Colombia.