sábado, 10 de enero de 2009

MILCÍADES ARÉVALO

Conocí al Maestro Milcíades Arévalo por intermedio de la revista "PUESTO DE COMBATE", que llegó a mis manos en la ciudad de Bucaramanga. Hoy, celebro presentar uno de sus escritos. Espero que lo disfruten.



Milcíades Arévalo,

Nació en El Cruce de los Vientos (1943). Periodista cultural, fotógrafo, narrador, dramaturgo y editor, director de la revista Puesto de Combate de la Sociedad de la Imaginación, fundada en 1972. Entre sus libros publicados se destacan El oficio de la Adoración (Relatos, 1988), Inventario de Invierno (Cuentos juveniles, 1995) y Cenizas en la Ducha (Novela, 2001. Tiene varios libros inéditos, entre ellos: Manzanitas verdes (Cuentos), El Jardin Subterráneo (Teatro) Galería de la memoria (ensayos), La Loca poesía (Antología) y El Héroe de todas las derrotas (Novela).
Ha participado en diferentes encuentros, entre otros: Conmemoración de los 10 años de la muerte de Pablo Neruda, Universidad Autónoma de Santo Domingo (República Dominicana, 1983); Viaje por la Literatura Colombiana, realizado por el Banco de la República (1984); Primer Encuentro Iberoamericano de Teatro (Madrid, 1985), con presentación de su obra El Jardín Subterráneo en Madrid, Granada, Palma de Mallorca, Toledo; Realizador del 1o, 2º y 3º Encuentro de Revistas y Suplementos Literarios en la Feria del Libro de Bogotá, durante los años 1988, 1989 y 1990; Primer Encuentro de Revistas Culturales de América Latina y el Caribe, invitado por Casa de las Américas (La Habana-Cuba, 1989).
Durante su vida ha sido marinero, empleado bancario, vendedor de libros, publicista, jurado en distintos concursos de cuento y poesía, conferencista de literatura colombiana, editor de libros y corrector de estilo. Aunque estudió Español y Literatura, se considera autodidacta por naturaleza. Ha conocido muchas ciudades, puertos y gentes, lo cual le ha permitido hacer de su narrativa una experiencia vital.




EL CABALLO DEL VIENTO Y LA MUCHACHA DESNUDA


Por Milcíades Arévalo

Un sueño es una escritura, y hay muchas escrituras que sólo son sueños.
Umberto Eco

El día que leí mi primer poema comenzó mi desgracia.
Si bien es cierto que ya había leído a Blake y a los poetas judíos de Toledo, todavía no era capaz de confundir a la congregación con poemas de este tenor: Ecia vlume veldé, eninoc qu, que en idioma vulgar no era otra cosa que una letanía de amor. Tal vez por eso y sólo por eso, y también para castigarme contra las tentaciones de la poesía, el prior del monasterio me mandó a refrescar el magín al río.
No había terminado de saborear el agua, que a esa hora de la tarde era de vidrio, vi a unas muchachas bailando en la orilla opuesta al son de un laúd, tanto que no parecían lo que eran sino plantas ornamentales, flores, parte del paisaje -digo, es un decir-. ¡Oh, hermosas muchachas!
Para comprobar lo que veían mis ojos, presto me zambullí en lo más terrible de la corriente, luchando a brazo partido contra la muerte, desorientado como un pez en extrañas aguas. A punto de saborear mi primer triunfo contra las tentaciones del demonio, las muchachas comenzaron a gritar en coro: "¡Cuidado con las serpientes! ¡Cuidado con la fauna acuática! ¡Cuidado con lo que no ve!", porque a decir verdad yo parecía un tronco a la deriva. Tan pronto hube llegado a la orilla opuesta sentí como un suspiro de agonías y caí de rodillas ante la más bella.
Ella se quedó mirándome como si acabara de encontrar la dicha, para que las demás muchachas se murieran de envidia o se tiraran los pelos de pura rabia o se fueran a sus casas a morderse los labios delante del espejo y nos dejaran solos para besarnos de la manera más deliciosa
Después de muchas cabriolas y equilibrios, ella desenfundó mi sexito, duro y templadito como un puñal de acero y comenzó a cabalgar sobre mí cuerpo corriendo desbocada, descocada, vaiviniéndose, haciendo olas con su pelo, ¿qué podía hacer yo bajo su cuerpo de luna refulgente? --¡Válgame Dios!--. Ella no quería oírme, sólo huir hacia ninguna parte, sentadita sobre mi puñal de tormento, con el pelo al viento, sin zamarros ni espuelas de plata.
Cuando empezaron a sonar las campanas para la víspera, ya no había nada más que hacer, ni caballo ni muchacha desnuda huyendo sobre el lomo del viento, sólo la mañana de un nuevo día temblando entre los árboles, vino el prior a buscarme. Al verme en tal estado, desnudo y hambriento, enredado entre las zarzas de mi propia desgracia, con el seso perdido de un miserable Lázaro, me preguntó qué había pasado conmigo.
Todo se lo conté. Sin embargo, fue como si no me oyera. En volandas me trajo de regreso al monasterio y me puso a comer arañas en un rincón de la biblioteca de la venerable congregación, para que no olvidara jamás mis propósitos iniciáticos y pudiera dedicar mis horas de holganza a otros virtuosismos más doctos que el amor.
Desde entonces, héme aquí, tratando de olvidar todo lo acontecido a la orilla del río, en el sendero del bosque donde aún pastan el caballo del viento y la muchacha desnuda.

martes, 6 de enero de 2009

YAYES Y LA SEXOLOGIA



Es importante para todos aquellos que componemos la sociedad, el aprendizaje continuo en varios aspectos, como lo es nuestra sexualidad. "Fragua universal", no sólo es un espacio de literatura sino también se encuentra abierto a todas aquellas vertientes que sirvan para el crecimiento del ser humano. Y desde la revista ANTROPHOS, el Licenciado Cruz Yayes Barco nos deja este mensaje desde la ciudad de la eterna primavera: San Cristóbal,Venezuela.

Ciclo de Conferencias Sexo sin Límite

Conferencia Nº 05

LA KUNDALINI FRENTE A LA CIENCIA

Cruz Yayes Barco

1. Introducción:

El primer obstáculo que encontramos para hablar de la Kundalini viene de la realidad abismal, que nos ofrece su origen en la civilización oriental (China – India) y la presentación dentro de una filosofía, religión, lengua antigua, que no se encuentra en uso, la sánscrita. Una situación que nos presentaba hasta hace pocas décadas, el latín dentro de la religión católica en el conocimiento de la Biblia y el griego que representaba la lengua de los filósofos, teólogos, quienes creaban un muro insalvable para el pueblo y hasta para los profesionales no clérigos.
Veamos algunas explicaciones sobre la etimología de la Kundalini: “Existen tres vocablos sánscritos que se supone que dan origen a ese término: kund, quemar, arder, kunda, plato hondo, cavidad, depósito, lo cual sugiera la idea de un recipiente donde arde el fuego, y kundala, enroscado, en espiral, en forma de serpiente enroscada…unidos, estos conceptos significarían que Kundalini es el fuego que con movimiento oscilante surgirá de lo hondo de un receptáculo. Si a esta idea se le agrega la del atributo femenino creador, Shakti (energía).
http://www.yug.com.mx/elbuscador/abril_08/kundalini

El abismo se hace más perceptible cuando leemos sobre los supuestos, soportes o fundamentos de esa realidad, fenómeno o proceso: “ el cuerpo etéreo existe en correspondencia con el cuerpo físico (se podría decir que éste es una copia tangible de aquél), el lugar en que se halla adormecida la Kundalini Shakti se puede situar, aunque científicamente es imposible localizarla, en la anatomía humana, en la base de la columna vertebral del cuerpo físico (merudanda en el etéreo) donde llegado el momento despertará y ascenderá, con lo cual también despertarán o se abrirán ciertas regiones (chakras) o lotos (padma), tampoco localizables científicamente, que están a lo largo del merudanda (columna vertebral) y se convertirán en centros de energía.”. (2) Ibid.
Y, para hacer un salto cuántico como gustan hablar desde todos los movimientos espirituales de la segunda mitad del siglo XX y en este siglo XXI: “Conforme surge esta energía el individuo se tranforma y finalmente cambia su manera de percibir el mundo y por ende su modo de reaccionar ante él. Deviene conciencia pura y adquiere poderes extraordinarios. Dado que la Kundalini es parte del cuerpo etéreo, no se extingue al morir el cuerpo físico y el progreso alcanzado permanecerá en el primero para las vidas siguientes.” (3). Ibid.

Sin embargo todo este mundo del más allá, lo sobrenatural, lo misterioso ha entrado en nuestra vida como algo normal: la presencia del Espíritu Santo en la Vida de la Humanidad desde la creación del Cristianismo Primitivo y luego todas las Iglesias y Movimientos Cristianos durante veinte siglos y los casi veinte que precedieron al nacimiento de Cristo en la historia del Pueblo de Israel con el llamado hecho por el mismo Dios a Abraham y la promesa de hijos y pueblos con todo lo humano y natural en contra. El Vaticano con toda la filosofía occidental a sus espaldas con el Magisterio y la tradición. Con todo el desarrollo de la ciencia y la tecnología del siglo XX y XXI sigue beatificando y canonizando a “difuntos”; porque no se dan vacaciones después que la misma Iglesia le ha inscrito en sus tumbas QEPD y realizan obras milagrosas, inexplicables también para las ciencias. No se tocan todas esas concepciones, visiones, prácticas.
Así que esto de la Kundalini aunque nos suene como extraño, misterioso, distante lo podríamos asimilar con nuestra conciencia religiosa, con la apertura de un Hijo de Dios capaz de hablar a diario con Dios, los Ángeles, los Santos y las Almas Benditas del Purgatorio como un miembro más de nuestra familia.

Oteando las teorías o paradigmas emergentes: “El campo energético biofotónico es holográfico, por lo que posee la propiedad de que la parte (individuo) contiene la información del Holograma completo (Todo). Existe una conectividad instantánea entre la parte y el resto de las otras partes, y entre las partes con el Holograma entero. Aquello que promulga el misticismo que reza “descubrí la verdad dentro tuyo” es una verdad irrefutable en la teoría del Holograma Cuántico. Esta propiedad de no-localidad de información es un principio postulado por la dinámica cuántica en el Teorema de Bell y demostrada en el primer experimento realizado al respecto en el espacio por el astronauta Edgar Mitchell en su misión del Apolo XIV”. Por supuesto que este lenguaje construcción de nuestra civilización occidental nos pone a mayor distancia de las teorías esotéricas, místicas, religiosas orientales, aunque asimilables a partir de la doctrina y concepciones judeo-cristiana-islámicas.

2. El Matrimonio Perfecto:

En la década de los 50 aparece una publicación de un autor colombiano Víctor Manuel Gómez Rodríguez, que se autonombra de una manera misteriosa, sacra, divina como Samael Aun Weor. Un poco de su historia humana: De las playas pasó con una compañera al aislado pueblo de Ciénaga en el norte de Colombia donde por un corto tiempo se dedicaba a la práctica de la quirología. Allí para 1952 escribió el libro El matrimonio perfecto lo cual publicó con el apoyo económico de Julio Medina Vizcaíno, uno de sus primeros discípulos también conocido como el Maestro Gargha Kuichines. Como consecuencia de esta publicación fue encarcelado bajo las acusaciones de escribir "'cosas inmorales y atentatorias contra las buenas costumbres'" y de practicar la medicina en una forma incorrecta, es decir, de curar a los enfermos con plantas y otras sustancias. Luego, se encaminó a la Sierra Nevada de Santa Marta con sus bosques y después a sus playas donde buscaba definir su misión a la vez que se dedicaba a la meditación esotérica. Así que al comienzo de este movimiento gnóstico, no solamente escribió libros y daba clases a un grupo selecto de discípulos sino también se retiró a la Sierra Madre en el norte de Colombia donde vivió en pobreza junto con unos seguidores. Allí organizó su primer grupo de discípulos y ordenó la construcción de un Centro Magnético, un templo subterráneo de misterios para la Era de Acuario, conocido posteriormente como el Sumum Supremum Sanctuarium. El mismo dirigió el trabajo que duró 14 años en su construcción (U 90). Durante esos años desarrolló y modificó también algunos rituales gnósticos. En el templo gnóstico tuvo mucha libertad para desarrollar sus prácticas rituales, incluyendo la Tercera, Cuarta y Quinta Iniciaciones. Sus discípulos construyeron una pequeña casa de madera para él y su compañera, pues con disciplina y austeridad él estaba experimentando un tiempo de penuria y pobreza. Aun escribió sus primeras obras sobre cajas de cartón a la luz de velas. En 1954 como resultado de una experiencia extática recibió el nombre Samael, su nombre como Mónada o Mónada o Arcángel Regente del planeta Marte. Después de organizar todo debidamente en Colombia abandonó el país, pensando en viajar a la India, pero cambió de opinión y fue con su esposa-sacerdotisa con nombre religioso de la Maestra Litelantes y sus cuatro hijos a vivir en la capital de México. Dos de los hijos procreados se llamaban Horus Gómez y la Dra. Hypatía Gómez de Lozano. Los gnósticos le conceptúan a Samael como hombre de familia. En suelo mexicano dedicó el resto de su vida en el desarrollo del movimiento gnóstico. Dio inicio en 1961 con un grupo gnóstico en el Distrito Federal usando como trampolín cursos de enseñanza para unos estudiantes rosacruces. En los últimos años como cabeza de su movimiento acostumbraba hacer dos giras anuales para visitar las diferentes asociaciones o centros gnósticos. Además, con el deseo de alcanzar a las multitudes con su mensaje misionero gnóstico, antes de su muerte en 1977 autorizó la celebración de congresos internacionales de la gnosis a los cuales Samael daba mensajes importantes. También la capital mexicana se convirtió en la sede internacional de la gnosis. Samael Aun Weor nunca abandonó ese país donde murió sólo después de haber escrito 60 obras desde pequeños folletos hasta volúmenes de 500 páginas con una temática variada desde la sexología trascendental, la medicina natural, la psicología oriental hasta la antropología o sociología.
Samael decía que su misión era la entrega del mensaje gnóstico y nada más y para él ese mensaje era la Quinta verdad, el Quinto Evangelio y el Quinto Veda (U. 147). Asimismo decía que dedicaba más de 35 años de labor exclusivamente a "formar el Ejército de Salvación Mundial... sobre los planes de una ... nueva civilización y una nueva cultura" (U. 52). Bendecía talismanes y era enemigo del alcohol. Tenía una voz metálica y según sus seguidores no sólo hacía grandes milagros de curación sino también milagros en la naturaleza. Dicen que tenía una capacidad de clarividencia y de telepatía y que podía recordar y contar en detalle a otros no solamente acerca de sus propias reencarnaciones numerosas sino las de ellos también. De hecho según él algunas de sus propias reencarnaciones se llevaron a cabo en Atlántida, China, Egipto y Europa. Samael decía que su gran número de reencarnaciones se debía a sus errores que tenía que pagar, pero que por fin logró perfeccionarse en un "hombre absoluto".
Después de su muerte el movimiento experimentó desacuerdos internos y se dividió, pero la rama en Puerto Rico reclama asociaciones o grupos gnósticos en San Juan, Bayamón, Caguas, Ponce y su Centro de Capacitación en Villalba. Además tiene asociaciones en los estados de Nueva York, Illinois, California, Florida y Washington. También, se encuentran asociaciones gnósticas en varios países extranjeros, tales como México, Colombia, España, Venezuela, Argentina, Bolivia, Brasil, Costa Rica, Educador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, Chile y la República Dominicana. Su sede mundial permanece en la Ciudad capital de México. El objetivo primordial del Gnosticismo es despertar la conciencia en el ser humano "para que encuentre su propia y verdadera identidad y escrute las verdades ocultas en la naturaleza y en el cosmos infinito" (U. 637). Normalmente la gente vive con su Conciencia dormida, pues los seres humanos están dominados y controlados por los defectos psicológicos que provienen del Yo, el Ego, el Mí Mismo, que es "un manojo de recuerdos, apetencias, temores, odios, pasiones, experiencias egoísmos, envidias, codicias, lujuria...." (Educación Fundamental, 62). Es esencial despertar la Conciencia y así alcanzar la Auto-Conciencia. La Conciencia o Esencia están en el centro de las profundidades de la Mente y se define como la Gran Causa gnóstica. Los ceremoniales secretos gnósticos incluyen... quinto, sexto y sétimo grado. En este acto sexual controlado, Kundalini, el Fuego Sagrado, sube por la espina dorsal y ascienden las energías sublimadas siempre y cuando la conexión sexual entre marido y esposa se hace sin pérdida del "licor seminal". Ni ella ni él deben alcanzar el clímax, pues tanto para él como para ella sería desastroso espiritualmente y, según su interpretación, se trataría de una violación del sexto mandamiento del decálogo de Moisés. Además, según su interpretación alegórica de Génesis 2, el sexo, que es el árbol del bien y del mal, es sagrado y la magia sexual sin eyaculación del "Ens-Seminis" es esencial para la liberación. Dicho de otra manera, el secreto indecible del Gran Arcano "consiste en conectarse sexualmente con la mujer, y retirarse de ella sin eyaculación seminal". Esto es la supra-sexualidad por la senda del filo de la navaja. La pareja matrimonial tiene que separarse para evitar el espasmo. Las dimensiones: Para la gnosis existen varias dimensiones, universos o mundos paralelos y diferentes cuerpos de los seres humanos. Estas dimensiones o coordenadas o verticales incluyen la tercera, la cual corresponde a nuestra existencia en el mundo físico, lugar donde la mayoría de los seres humanos llevan a cabo sus vidas. Las supradimensiones o las superiores son desde la cuarta hasta la séptima. La cuarta, el hiper-espacio, es la que también se llama Jinas, que es la que se visita en un viaje astral. Para entrar en esa dimensión, en una posición reclinada y con fe, por medio de una técnica de meditación que involucra la repetición de ciertos sonidos mágicos, uno puede penetrar el mundo astral y visitar catedrales, templos, palacios, monasterios y mundos superiores extraordinarios. En esas catedrales moran ciertos grandes sabios y hay poblaciones humanas con sus ciudades mágicas con gente de carne y hueso. La quinta dimensión es el mundo astral donde "se encuentran los desencarnados esperando turnos para retornar al mundo tridimensional..." En la séptima, "cabeza y origen de todas las dimensiones... está la morada de Jehová".Su antropología. Según Samael Aun Weor, a través de los siglos cinco de siete razas han habitado la tierra, pero todavía faltan dos más. La actual es la raza Aria. Entre las que ya vivieron en el pasado están las Polar, Atlante y Lemúrica. Pero en cuanto al individuo Samael identifica cuatro cuerpos que son el físico, astral, mental y el causal. Reclamó Samael Aun Weor de haber conversado con por lo menos un extraterrestre. Su apertura a ellos y su aceptación de su existencia se nota en la revista ¡Enigma! donde se da mucha importancia a los fenómenos OVNIS en y afuera de Puerto Rico. http://www.sanadoctrinaonline.org/Book%202/SDGNOSIS.htm
Este autor y ese Movimiento me recibieron al salir del Seminario Interdiocesano de Caracas, a los diecinueve años y fui iniciado y practiqué la Magia Sexual como Soltero, con Novia dentro de la estricta exigencia de no eyacular. Esto me puso en contacto con la Kundalini.

3. El Cuerpo Astral y el Espíritu Santo.

La Kundalini es definida como una energía que proviene de una dimensión distinta a la física conocida como cuerpo astral y eso nos lleva a un mundo de la fe. Creemos o no creemos y luego la experiencia directa, personal. La hemos despertado, la hemos levantado y nos coloca en la misma condición de la efusión del Espíritu Santo en la constitución y definición de la doctrina cristiana. Una presencia, realidad divina que se posa, habita, entra para hacer una creación nueva de los hombres. Una experiencia según el Evangelio que vivió Jesús en el momento del Bautizo en el Jordán por parte de Juan el Bautista y que luego como promesa se va a vivenciar en Pentecostés, acontecimiento que aparece como el nacimiento de la Iglesia Cristiana. Una realidad que termina siendo mucho más sobrenatural, divina, inexplicable, totalizadora como es el dogma fundamental de la Iglesia Católica de la Santísima Trinidad, el Dios Triuno en Unidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
De allí que en el gnosticismo Samaeleano termina siendo la Madre Divina, dentro de una visión macho-hembra de la Divinidad.
Tanto elevar la Kundalini como recibir el Espíritu Santo significa un cambio esencial en la vida de los iniciados. Cambio que transforma, revoluciona la vida y la obra. Eso lo vimos en el caso del Espíritu Santo con los Apóstoles que se convirtieron en “Otro Cristo” cada uno de ellos, siendo testigos y siendo testimonios en palabra y obras del Maestro, el Mesías, el Hijo de Dios, el Cristo.
El Espíritu Santo vuelve “loco” a quienes le llega. Jesús se fue al desierto y estuvo cuarenta días en ayuno y fue víctima de las tentaciones del demonio. Las obras Milagrosas fueron un componente importante en la construcción del movimiento, la organización que continuo su obra.
La Kundalini hace lo mismo cuando no se despierta y sube en condiciones adecuadas: su despertar está plagado de peligros, como azuzar a una culebra venenosa sin estar debidamente preparado para resistir su ataque. Cuando el poder serpentino se hace patente en un cuerpo que no está en armonía con dicho poder (que se ha manifestado después de la práctica de diversas disciplinas) produce desórdenes mentales que van desde los más simples hasta los más graves: paranoia, megalomanía y aun demencia total.

4. El Despertar de la Kundalini.

El despertar de la Kundalini ha sido para algunos movimientos místicos la resultante de trabajo de prácticas esotéricas, llamadas Magia Sexual, Alquimia Sexual, y como lo vimos en el Matrimonio Perfecto la piedra angular del edificio de toda la vida de los iniciados. Le asignan un valor religioso y dentro de este contexto elaboran un complejo sistema de creencias, prácticas y organización.
Para otros autores, investigadores es una experiencia que tiene que ver con cambios y transformaciones, aislados de referencias religiosas. Se puede despertar de forma espontánea. Llega a suceder como el mismo bautizo del Espíritu Santo o las conversiones religiosas de forma inesperada: San Pablo, San Francisco, Mahoma, muchos místicos de la historia de las distintas religiones occidentales y orientales y en todas las épocas. Tendrá que ver con los chamanes? Nuestros brujos, médium y sanadores?
Nos asaltan muchas interrogantes ante esta realidad, fenómeno, estado de conciencia.
Pero tenemos un punto a nuestro favor: la experiencia.

5. Nuestra propia experiencia.

Sin otro propósito distinto al de ser sincero, honesto, responsable y consecuente con quienes nos han acompañado estas semanas y con lo que emprendimos al organizar este Ciclo de Conferencia, titulado “Sexo sin límite”, gracias al cual podemos decir que nos hemos abierto de forma sostenida durante las cuatros conferencias realizadas, a un espacio transdisciplinario y exigente de nuevos paradigmas para las ciencias humanas. Nos vamos a referir a nuestra propia experiencia dentro de este mundo de los “extraño”, “misterioso”, “místico”, “sobrenatural” frente a la experiencia común o dentro de la cultura que no termina en definirse como compleja, profunda, de raíces y vivencias sobrenaturales desde nuestras raíces judeocristianas y con mayor peso de nuestros orígenes aborígenes y africanos.
Resulta que dentro de nosotros danzan, se abrazan, se aman, conviven hacen el amor el blanco, indio y negro como raza universal, definición del filósofo argentino José Ingenieros. Esto es quienes tenemos conciencia de nuestro real y auténtico ser latinoamericano; porque los que no se conocen ni se aceptan viven y se comportan como si tienen todas las guerras raciales y religiosas juntas dentro de ellos.
Después de cuatro años iniciados en el gnosticismo en Maracaibo, Venezuela tuve la experiencia del despertar de la Kundalini, su ascenso por toda la columna vertebral hasta alcanzar a todos los chacras. Luego experimentamos la sanación a distancia de un tumor maligno de mi padre, él en Los Angelitos, un caserío a orillas del río Arauca.
Por supuesto que esto lo experimente como una etapa dentro de un desenvolvimiento de una vida de experiencias místicas desde mi niñez, adolescencia y juventud. De lo cual no hablaremos en esta oportunidad pero que sí se configura con una vida de profunda sensibilidad espiritual, adornada de filosofía y ciencias.

EL GUERRERO DE LA POESÍA

Feliciando Mejía, además de un gran hermano de las letras, es un ser pleno de sensibilidad. El hombre que me brindó todo su apoyo cuando me recibió en Cuzco con aquel abrazo de amistad. Gracias Feliciano. Que tu poesía siga recorriendo el mundo.




CANTOS DE MALORA

V

Tienes la tristeza de la piedra rajada,
un olor a sombra,
perfil de agua y de madera
y una ancestral rebeldía contra la dulce vocación de la muerte.

Bebes los aguardientes dormidos entre yerbas
renacidas sobre las tumbas de aquellos que lucharon por la vida,
te frotas el vientre con pomadas de caolín,
danzas con ondulaciones de lamprea
y saludas a las mañanas
con tus muslos traslúcidos
y la rádula de tu risa de alga.

Malora, dientes lubricios, tez de ventallo,
penas de acero y cadencia de potra:
agonizas de ira como un jabalí con el cuello sajado
cuando ves desfilar a los Buitres
con sus estandartes y glosas de rapiña y sapientes mentiras
en los ecrans y portadas de los diarios;
y te tensas como una ballesta
ante los crucifijos que santifican
las tumbas de los asesinados por el hambre.

Malora: naciste para la lucha que apenas si comienza
y para anunciar el olor de la alborada.


MARIRÍ DE GUERRA Y DE LUCIÉRNAGA


Graznan los Loros de Tocache
como perros embrutecidos
de baba y de estiércol.
Retumba la fronda con el eco de sus chillidos
de muerte;
pero los Shirimpuaz y Guacamayos
repletos de luz púrpura
ríen ante las blasfemias
de los Loros (muertos vivientes
de miedo) y prosiguen el camino.

Un Toco-Toco planea
como un Ronsoco ulcerado,
como una hiena en busca de carroña, de caminos,
de líneas de reposo, de espejos
de agua pura del descanso
y avituallamiento.

Ah, silbarimuy, tumarimuy yacu tapiocatapas.

Un Toco-Toco planea
retumbando su hélice de billetes
verdes;
mientras los dulces silbidos de los Paujiles dicen:
Chiwí, Chiwí, amados hermanos,
embósquense entre las lupunas
corónense las frentes con ramas de farinari,
beban las aguas nutrientes de coco y guarden la copra
bajo la luna verde, Chiwí;
presto, que vienen las Ratas
sudando sus grasas apestosas.

Un bochorno de Mosquitos de odio
se desgrana por la Internet
y las antenas parabólicas parecen
tetas de putas de puerto fluvial.
Los Loros Guamas como ministros sidosos,
los Loros de Tocache se enlazan
cuando los Tapires del Asco
vadean el Huallaga con sus cargamentos:
¡Me-dey, mey-dey, terminado,
aquí Lobo Blanco – Lobo Blanco,
Playa sin Luna- repito, Playa sin Luna,
Viento a Babor, cambio!
Y vadean las aguas llenas de humus del Monzón.
¡Aquí, ojo bonito, repito, ojo bonito!.
¡Me-dey, mey-dey, nueva entrega, ¿me copian?
crucen-crucen,
rápido traqueteen los pollos, hijoeputas, carajo.
¡Me-dey, mey-dey, copiado, toro ronco.
Adicional, tomen nota:
Afinen los Fals, ya-ya,
Pasen los Pollos, pollitos, todo en calma.
Pollitos míos y del Gran Jefe.
Mey-dey! ¡Cambio!
¡Aquí, Soro Uno, copiado, cierro!

Y el Toco-Toco verde hoja seca
negro petróleo
orín y blanco camuflageado
silba por sobre el techo del monte
y se va, deber cumplido;
silba en la noche de bochorno con sus luces de colores
y escarba en el aire
buscando a las Luciérnagas del Mañana,
y, ¡boom!, el Toco-Toco vomita
un misil aire-tierra
y el vientre de la selva de Uchiza estalla,
y las palmeras astilladas y los taperibáes estallan
y la tierra de May-Ushín salta como lluvia de caldera,
y las hermosas hormigas de Luz, los Pukakuros, saltan
en pedazos entre el olor de cordita.

¡Aquí, Torre Blanca, cambio!

Y rugen los Otorongos llenas las fauces de sangre
y se lanzan a los villorrios en busca de la carnicería
pero en Guayabal y en Venas de Sal,
en Dayacu, Shambillo y Puerto Azul,
en Singa, en Huipoca, Shanantía, Mebamañú,
en Yamito, Tarahuaca, Shiringal, La Frontera,
en Tahuapo, Neshuya,
en Sheshea,
en Ucumba, Panaillo, Shambo, Ubanaya,
en Huitococha, Juantía, Capotillo, Tunilla,
en Paraya, Yurac, Irazala y Curimaná,
las bestias sólo encuentran sombra amarga y hórrido desprecio.
Por los caminos ocultos de techos de hojas frescas
y ecos dulces, van las columnas de Pirirangas
con sus antorchas coloradas,
rodeados de las dulces pieles de los Cholones
y de los cantos silenciosos de los Hibitos con rayadas mejillas con achiote,
serenos, de brillantes y negros ojos pensativos,
que sonríen sin mostrar los dientes
acariciando las puntas de sus flechas de pona.
Columnas enteras de Pirirangas con ZBtreintas.
Así, ahora, de nada sirve la rabia obscena de los Toco-Tocos de muerte,
enfermos; y de nada sirve que arrasen la sagrada tierra en la floresta:
Ayaé: Toé, ilumíname.
Toé, abre mis venas.
Ah, cantarimuy, silbarimuy.
Toé, agarra mi nervio y plántalo
en el centro del mundo.
Pidirimuy.
Toé, hermano oscuro, la luna arde y el sol mastica.
Ey, Toé, ya no tengo ganas de llorar,
gritarimuy, jaylla, bailarimuy, ñuqanchik.

El retumbar del volcán prosigue,
y la lluvia nueva prosigue,
y los combates entre la sombra
y el gran amanecer prosiguen,
inexorable, en las puertas de la historia.

¡Cantarimuy, jajayllas, yau!

Shunte, 6 de octubre – Tocache 7 de octubre de 2005.

De: MARIRÍS.



ENDECHA DE LA ABUELA

Abuela dice
que el frío es grande
en la cocina
de esta nuestra casa abandonada.
Y padre no dice nada
en el fondo
de su tumba.

¡Oh, cómo, titubeando,
se va el tiempo
entre mis arrugas y mis pelos canos:
tanta década de mi padre ido
con sus largos dedos
atados a mis venas!,
y tanta abuela
vagando en el silencio
de su rostro enturbiado!.

De: TANGOS DE BAYARD (Tomo III de EL GRITO DE TERRIDE)



E-mail: feliciano.mejia@gmail.com, www. iespana.es/felicianomejia/, www.rocaxpoetas.galeon.com, www.blog-v.com/caszadepoesia/

lunes, 5 de enero de 2009

GERSON RAMIREZ, UN AMIGO DEL PERÚ

Conocí a Gerson allá en Trujillo cuando Feliciano Mejía nos presentó en una tertulia literaria. Luego de más de un año, quisiera que todos aquellos que viajan por la Fragua Universal, conozcan un poco de su obra.



EL HOMBRE DEL RÍO

El viejo estaba sentado sobre un tronco de espino, junto a un haz de leña, venteando pacientemente unas hojas de coca. La llama mortecina de una lámpara mohosa me dejó distinguir en un rincón del bohío, una hoz, dos viejas palanas y un machete sin filo. Algo hervía sin apremio en el fogoncito de lumbre intermitente.

Un desasosiego pertinaz me había llevado casi al anochecer, hasta ese lugar alejado del pueblo, a través de interminables cañaverales, desmereciendo el graznido malagüero de los pájaros, hasta cruzar aquel río fangoso de marzo, antes de divisar la choza perdida entre la fronda del monte. Al verme de pie junto a la puerta de hojalata, el viejo no se inmutó; parecía vigilar desde muy cerca otros tiempos para que no se le fueran a escapar repentinamente de las manos. Y por qué, me pregunté después, habría de mortificarle mi presencia, si era yo quien estaba en desventaja ante una eventual disputa. Tal vez me había visto llegar, entonces había planeado la estrategia para huir de allí sin rasguños.

El extraño fulgor de la lámpara alumbró repentinamente la semioscuridad del bohío y distinguí su manera casi inexpresiva de saborear la coca. Cabizbajo, examinaba la hoja de acero del calero; sopesaba su firmeza. Tenía la certeza de tener entre sus manos un arma pequeña, pero capaz de rasgar la vena más profunda de cualquier fiera de monte. Tuve miedo de estar tan cerca de él y retrocedí.

La puerta entreabierta me dejó ver el campo. Bajo la luna llena distinguí la sombra de los frutos y percibí sus fragancias. El óreo de la madrugada y el silencio del viejo empezaron a cubrirme de zozobra, por eso me apresuré a demostrarle mi firmeza:
–¿Sabes quién soy?
El viejo no respondió. La cal de su boca había quemado todas sus palabras. Sólo la leña del fogón crepitó en señal de respuesta. Y mientras él sosegaba el pasado con su silencio, yo imaginé su final. Con el machete partiría en dos su cabeza, y sin que se haya extinguido aún su último aliento, lo sacaría a rastras de la choza y desde lo más alto del barranco lo haría rodar río abajo…
En ese instante el viejo carraspeó bruscamente. Entendí que así suplicaba mi anuencia para ser escuchado.

–Mírame bien a la cara– dije.
–No hace falta– pronunció inesperadamente–. Puedo reconocer los arrebatos de la sangre a miles de kilómetros…

Sus palabras me confundieron. Con más holgura se arrellanó en su asiento y escupió sobre el fogón. En el resplandor momentáneo de las llamas otra vez vi su rostro. Era una tez rubicunda curtida por el sol del campo y la intemperie.

Se llamaba Fortunato Campos. Era hijo de un bandolero que cambió su nombre para establecerse en esta hacienda de la costa hasta convertirse en capataz. Se libró de la plaga de viruela que mató a su padre, pero heredó de él la fortaleza física y el odio de todas las mujeres que lo habían conocido.

En ese momento pensé que dilatar el tiempo significaba aguardar la llegada de algún sentimiento de lástima que echaría por tierra mis verdaderas intenciones. Entonces me apresuré a decir:
–Cuántas mujercitas pasaron por tu cama, Fortunato…

El viejo dejó de chacchar. Quería oírlo defenderse, que levantara su voz contra mí, que dijera algo acerca de mi madre; pero sabía que su silencio me indignaba y se mantuvo impasible.
–No me respondes, Fortunato. Entonces es cierto lo que dicen: que preferías los surcos en medio de los cañaverales para empacharte de cuanta hembra se cruzara en tu camino. Porque para ti solamente fueron hembras, Fortunato, bien los sabes…
–Lo recuerdo todo muy bien–-respondió fríamente–. Sus palabras avivaron repentinamente la llama mortecina del fogón.



II

Mientras vivió mi madre, jamás quise contradecirla. Por eso acepté de buena gana no indagar más acerca de él. Pero empecé a odiarlo desde el día en que el padre de mi hijo (que nacerá pronto) me confesó que su padre había sido hijo de un bandolero, y que había muerto meses antes de que él naciera.

Pero Fortunato Campos vivía. Lo tenía frente a mí, cavilando sobre la manera más certera de acabar conmigo. Cuando la luz del fogón volvió a iluminar su rostro, comprobé que estaba llorando.
–Es tarde para llorar, Fortunato; esas lágrimas ya no conmueven a nadie.

El viejo se reclinó lentamente contra la pared. Su puño entreabierto dejó caer unas hojas de coca sobre la tierra arcillosa del bohío. Lágrimas de ira, impotencia o temor rodaron repentinamente por su rostro como gotas de lluvia que mojaban, sin dañar, una piedra incólume.

Para no dar tregua a su desconocida astucia, tomé el machete del rincón sin luz y le pregunté con rencor, con desesperación, si era verdad que yo tenía un hermano que se llamaba como él, y con el arma en vilo sobre su cabeza esperé su respuesta. Pero Fortunato no respondió. En ese instante no pude lanzar contra él alguna ninguna expresión de desprecio. Me quedé a su lado en silencio, no sé por cuanto tiempo, escuchando el chirriar de los insectos y el ronquido gutural del río muy cerca de nosotros.

Cuando fui conciente otra vez de mi completa soledad en aquel monte, ahogué el fogón con un puñado de tierra y tiré junto a sus pies el machete. Al salir de la choza, apagué de un soplo la luz de la lámpara, cerré la puerta sigilosamente y lo dejé morir en paz.

UN TEMA DE LITERATURA

Un autor que no engaña o no “humilla” a la literatura -dejándola indigna y, por su parte, sin respeto- es aquél que le importa la literatura y, porque le importa, le deja en su vida el lugar en valoración y en juego limpio que le corresponde.

Un autor, por tanto, que -de verdad- lo es en su dignificar la literatura es ése que lo que más cuida y lo que más defiende es su obra y, porque es así, la hace parte de su vida -viviéndola-, la hace oficio o vocación, pero siempre la da como sentimiento desprendido directamente de él por la consecución -hacia lo que muestra un interés- de hacerlo bello, armónico o lo más comunicatico en su posible claridad porque sea comunicativo de eso (pues, no hay que olvidar que la literatura es un arte y, como arte, tiene obligatoriamente que permitir una virtuosidad lejana de lo mediocre y de lo deshumanizado, o sea, una belleza, una belleza... lo más comunicable, no demasiado "secretista" o abstrusa).

Entonces, si lo que más le importa a un autor es su obra, eso respeta, buscando ante todo o más que nada el publicarla -si es para darla a conocer-, y lo más unificada o lo más representativa o lo más completa, por la vía que pueda difundirse más.
Eso significa, claro, que el autor, en el beneficio de su obra, lo que quiere es publicarla así y se presenta -si ya ha andado "cierto camino literario"-, sin una segunda intención o truculencia, a un concurso para que le publiquen su libro o su antología por perseguir un prestigio o una valoración... a su obra.
¡Ah!, pero si, en cambio, ése va arrasando todos los pequeños concursos de pueblo -destinados, éticamente, a un ofrecimiento de recursos a los que no terminan de abrirse camino en “el mundo literario”-, ya es evidente que no le interesa sólo su obra, sino ganar y ganar muchas menudencias de concursos para ganar -negociantemente- mucho dinero – lo que corrompe su misma integridad por medio de la avaricia-.

Un autor, si ama la literatura, concibiéndola como un ámbito -el suyo- o “una casa digna en la cual vive”, en consecuencia o en coherencia, la cuida y la atiende con unos valores o criterios lo más honestos o lo más justos; así que él valora, como primero, el merecimiento de aquél otro que por ella se esfuerza. Es decir, valora el esfuerzo.

Pero, ¿qué es el esfuerzo?, eso que todo el mundo -en su conveniencia- "se apunta".
Pues algo apartado... de lo cómodo, del consentimiento y del seguidismo.
Sí, siempre el esfuerzo significa o conlleva el pretender conseguir las cosas de la manera más escrupulosa -en aplicar tanto sensibilidad como valores- y más difícil; estando esto sólo cuando se parte desde una falta de recursos -cuando se encuentra el autor en una falta de recursos- y, también, cuando se parte ya desde muchas desprotecciones en pro o por mor de una autenticidad o de una originalidad (esto se conoce como afrontar las presiones de las corrientes imperantes, o determinar una contracorriente, o alguna “ruptura” que siempre es necesaria para que el arte no sea copiada tradición o influencia, ni automatismo de estéticas o de grupos que dejan a un lado al sentimiento, a lo auténtico o a lo creativamente propio -en originalidad-).

Esto último es muy importante, porque salvaguarda la “libertad de creación” -lo más esencial en el arte- por medio de la autenticidad personal en la que, por muchos desgastes al no estar abrigada por grupos que se han apropiado de todos los recursos públicos con unos criterios imperantes -ya influyentes en editoriales y en concursos para dar prestigio o camino fácil sólo a ellos-, se concentra lo que es el mayor esfuerzo. Así es.

La originalidad, no más, conducida a través de la sensibilidad -una, coherente también en valores y en lo que implica de embellecer la expresión- es la calidad; lo que la crítica dominante, sujeta a las "poéticas" ya demasiado recurridas, retomadas o manidas, ignoran.

La calidad, a veces, está, pues, “en lo que no gusta” -en el vencimiento de una arbitrariedad u obsesiva o inconsciente influencia-; en cuanto que supone un esfuerzo en comprender el esfuerzo antedicho, de ese autor más coherente (cuando yo -esto se puede trasladar a todos-, por ejemplo, empezaba mis lecturas, consideraba a la poesía de José Gorostiza como ajena a la calidad con respecto a la que ya tanto se “pegaba”, a lo fácil, como la de José Martí o de Manuel Machado; y eso no es más que un contagio, debido a lo que más influye mediáticamente).

No obstante, la calidad no puede, no, pasar por lo que contraviene a la autenticidad: los tópicos sobrevalorados, lo prosaico que se deshace de lo rítmico -imprescindible en lo poético-, el uso de un léxico muy rebuscado -forzado- por parecer algo culto -siendo sólo pura elaboración de gabinete o de despacho: artificio-, una obsesión o sobrecarga de “imágenes” o de metáforas que dejan al margen a lo espontáneo en su sencillez emocional, etc.

En fin, he leído en poetas “ganapremios” todos esos trucos -y recompensados, mimados hasta la saciedad- que, por “bonitez” de sus poemas, sólo resultan repetición -poemas iguales en su logotipo, en los cuales sólo les cambian las palabras o las contagiadas “imágenes”-; o que, por condescendencia a “poéticas” grupales -en gran sobreprotección y... facilismo-, repiten los mismos argumentos de anti-autencidad, en una cínica robotización "de lo que más se lleva" ("de lo que sé que me van a premiar porque lo he hecho acomodado a ellos") o, desde luego, más abrigo posee en editoriales.

En España, por ejemplo, en todos los jurados de los concursos más relevantes, siempre está uno u otro adicto a la llamada “poesía de la experiencia” -del “desparpajo” dicen, ¿qué leches es eso?, pues el sentimiento no puede imponerse a desparpajos ni a... otra posición recurrente-, uno u otro de la “revolución del lenguaje”, etc.
Y algunos siempre -siempre a tiro fijo- están..., abarcando sólo para ellos los recursos de miles.

José Repiso

http://delsentidocritico.blogspot.com/2008/12/un-tema-de-literatura-un-autor-que-no.html