sábado, 28 de noviembre de 2009

UN AMIGO ESCRIBE EN POPAYÁN

Marco Antonio Valencia Calle




Los mensajes empeñados

De veneno están llenos los caminos de la realidad y sus limitaciones. Allí van de la mano y vestidos de niños los instintos ciegos, las canciones con letras de odio y mal escuchadas, los pensamientos que no se pueden pagar, las razones adúlteras, los mensajes empeñados, los afectos tirados al fuego, las palabras ajadas, las ironías robadas, las danzas de la impunidad, el alma quebrada por las mudanzas de un destino inútil.

Hay veneno circulando en las venas y costumbres de mucha gente por ahí. En individuos y mujeres con título de alcurnia y rostros pintados de naturaleza vulgar, en personas que gritan hazañas de papel, en gente con biografías encadenada a la tragedia, en ilusos que no se abochornan cuando sueñan con el dolor de los demás, en engreídos con miradas inútiles a los jardines de la envidia, en parientes lejanos que viven con el amor empeñado y la mano estirada, en los que tienen por vicio la desesperación por encontrar días mejores en un número de la suerte.


En los mausoleos de la esperanza

En cada lápida hay una historia que palpita por viajar. Metáforas sobre la esencia de un ser valiente ante al artificio. Masacre de la inocencia ante la belleza de un río teñido de huérfanos. Hombres que navegan con doble moral en los pantanos de su dignidad. Mujeres que vuelan en busca de una crisis que las salve del tedio y sus incertidumbres. Niños que adornan la virtud sin juegos ni el ritual de sus sonrisas. Hipótesis que explican el descuartizamiento de la tierra frente a la inmortalidad y los elogios de un paraíso sin dolores ni pesares.

Hay lápidas con flores y otras destinadas al olvido de los muertos tristes en invierno. Sepulcros que seducen por la belleza de sus coros o la fragilidad de sus palabras. Piedras cruzadas por el silencio, la ausencia y las tinieblas. Losas con revelaciones ligadas al canto de las sirenas y a la magia de las almas en pena. Hay tumbas en ruinas que dan cuenta de la muerte de la muerte. Hay rocas que cubren cuerpos y permiten que brote la belleza de una rosa púrpura y sin espinas, en mausoleos que son el testimonio vivo de la esperanza.


El gusano que seré

Me llega de lejos un presentimiento que me quema sin purificarme. Una invitación a pasar la noche bajo un árbol de fresno y una fogata con troncos de granada. Me hará compañía el perro guardián de la mansión de los muertos. Y el gusano que seré, ya se niega a renacer de su podredumbre y a levantarse para un vuelo espiritual.

Del fuego afloran recuerdos, remordimientos, desapegos, un museo de experiencias y un bodegón de girasoles para simbolizar mi fidelidad a los días azules y mi pasión por la escritura.

Las preguntas y las crisis me llevan a despojarme de mis ropas, al expolio de mis virtudes, a la exhumación misma de la fe, que se sospecha me ilumina. Las dudas frente a la muerte son los estigmas que me azotan.


Un tributo a los difuntos

Antes de partir al mundo de los sueños he visto un faisán guiándome al gozo de las estrellas. He visto mi espíritu coronado de laurel; y de la médula de mis huesos incinerados ha nacido otro poema, menos real, más alegórico.

De un cofre mortuorio un coro de flautas, y en la puerta, junto a la escalera del jardín de los cielos, un grupo de almas sonrientes con sus cantos purifican los dolores y cicatrizan los miedos.

Una ceremonia, una mano de rezos, un tributo a los difuntos, un umbral inesperado y el sacrificio mismo de estar allí, en el dilema, junto a un ángel de cuatro alas, y esa muchacha desnuda que grita desgarrada.


Marco Antonio Valencia Calle. (Popayán, 1967)

Autor de las novelas Oscuro por Claritas (Trueque, 200) y el Profesor Espantapájaros (Editorial Semillas, 2008). Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda 100 años, Temuco, Chile 2004.
Estudio Filología Hispánica en Madrid y español y Literatura en la universidad del Cauca. Actualmente se desempeña como Secretario Ejecutivo de la Comisión Bicentenario del Cauca y es miembro fundando de la Asociación Caucana de Escritores.
En noviembre del 2009. Elegido Presidente del Consejo Nacional de Literatura, y Consejero Nacional de Cultura.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

CRÓNICAS DE UN VIAJE POR URUGUAY.

El escritor y amigo chileno Iván Aarón, nos acerca una crónica de su reciente viaje por las tierras uruguayas. Iremos publicando sus palabras para que ustedes puedan viajar con él hacia esos parajes de la vida.

Un abrazo de luz

Juan Pomponio

EN PAYSANDÚ.

El 28 de octubre de este año 2009, como a las cuatro de la tarde llegamos con Elsa a Paysandú, ubicado sobre la ribera este del Río Uruguay. Y comenzamos a sentir de nuevo esa hospitalidad uruguaya: trámite de policía internacional y aduanero rapidísimos. A los pocos minutos llega a buscarnos Graciela Cami. Abrazos y besos. Wilson Caetano, su esposo, nos aguarda en la camioneta bajo unos árboles. Más abrazos. Hace calor… Bastante calor. Nos llevan al centro de la heroica ciudad, que data de los comienzos de la colonización española. Una vez en el hotel, tras un breve descanso y una grata ducha salimos a la recepción y preguntamos si podríamos tomar el té: nos miran con cierta curiosidad pues allí no toman té a las cinco como nosotros. Entonces salimos a la calle. Pasamos frente a una casa donde hay una placa de mármol que luce el escudo de Paysandú, que fue aprobado el 25 de Julio de 1928 siendo su creador don Salvador Puig y Sarvet. El escudo consta de dos cuarteles superiores y uno inferior. El superior izquierdo tiene un ancla, el derecho muestra una espiga de trigo y el inferior tiene dibujada la meseta de Artigas. En el borde izquierdo se lee la palabra Trabajo; en el borde superior, la palabra Paz; y en el derecho, la palabra Progreso. El escudo contiene encima un sol y una orla de laureles. Bajo el blasón las letras IMP. Al costado del Escudo hay una placa metálica que reza:

HOSPITAL DE SANGRE
FUNCIONÓ DURANTE LA
DEFENSA DE PAYSANDÚ
1864 – 1865



Esa heroica defensa se realizó bajo el mando del General Leandro Gómez, cuando las tropas a su mando enfrentaron a los soldados comandados por el General Venancio Flores y sus aliados brasileros. Por eso la ciudad es llamada “La Heroica”, título que tiene su origen en los versos del payador argentino Gabino Ezeiza que dicen:

"Heroico Paysandú, yo te saludo
hermano de la patria en que nací
tus versos y tus glorias esplendentes
se cantan en mi tierra como aquí.
Los bardos que tenemos en el Plata,
que están en el Olimpo en su canción,
dedican a este pueblo de valientes
su más grande y sublime inspiración,
dedican a este pueblo de valientes
su más grande y sublime inspiración."

Preguntando y preguntando, Wilson ubica un lugar donde nos atiendan. Allí un joven mozo nos dice que sí nos puede preparar nuestro té. Y recordamos con Elsa los versos de Gerardo Molina:
¡Tan dulce y fácil! Fue así:
— ¿Quieres té? — me preguntó.
— ¡Quiero té! — le respondí.

Unos minutos después ya está servido nuestro té. Ya estamos en tierra uruguaya. Estamos en tierra de amigos.