martes, 24 de febrero de 2009

UNA ALDEA DE MAR



Utilizar palabras para describir la belleza del pueblo marino me limita. Una barca viene de lejos, está llegando luego de una jornada agotadora de pesca. Otra lancha sale con tres curtidos pescadores. El mar es su vida. Nacen y mueren en él. Otros pescadores acopian las redes, las guardan en pequeñas casuchas de chapa al costado del mar. El sol comienza a pintar el horizonte, trae una paleta dorada con pinceles crepusculares. Un camino de luz sobre el agua me lleva a caminar sobre las olas y llegar al horizonte para levantarlo con mi mano y cruzar esa línea interminable. Un pelícano levanta vuelo, lleva un pescado en su pico, cruza ante mis ojos. El sol sigue cayendo, es inevitable, nada podrá frenar su caída, solo la noche. Una nube gris cubre la esfera dorada, le coloca una tela de protección para que pueda descender en secreto. Un niño juega con las olas. Las barcas entran y salen, salen y entran, se pasean frente a mis pupilas inflamadas del sol antiguo. El mar se pliega enrojecido. La tarde va encaminada hacia el final.
Las olas desfiguran el camino crepuscular trazado por el sol. Escribo con gotas de sal que salpican y mojan la tinta, manchan mi cuaderno de gloria marina. La esfera sagrada enrojece cada vez más en la fragua universal de los misterios. La tinta diluida en mar deja la marca de todos los mares. Rojo, apenas acariciado por una nube que se incendia como tus ojos de noche. Es una línea interminable que abarca la conquista del alma. Horizonte de sal que ingresa en mis células. El mar sigue salpicando mi cuaderno y el sol desparece, lo acompaño en su agonía eterna. Es maravilloso escribir con las hojas surcadas de mar. El océano de mi cuaderno navega con metáforas rítmicas hacia el papel de mi corazón. La fuerza de las olas rompe muy cerca de las palabras, quizás puedan sentir el aroma del mar y la brisa que revuela mis papeles. En mi alma nace el mar ahora gris de ausencias, gris de libertad, un gris nunca visto por mis ojos. Las golondrinas marinas revolotean alrededor de la luna que se encuentra justo sobre mí.

Juan Pomponio - Mayo de 2008 - Choroní (Venezuela)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Este texto parece brotar de las
profundidades marinas, como des-
prendido de alguna zona de vasto
misterio, de belleza.
Un cordial saludo

Zulma Zubillaga

Juan Pomponio dijo...

Hola Zulma:

Ese texto fue escrito a orillas de la vida, en esa aldea fantástica. Era contemplar lo que acontecía a mi alrededor y volcarlo al papel con una fuerza que no puede explicarse.

Gracias por tus palabras.

Juan Pomponio