lunes, 12 de noviembre de 2007

EN PLAYA GRANDE


Cae la tarde sobre la aldea.
Los aguacates se maduran
silenciosos.
El mar trae susurros,
voces de marinos
en busca de peces
como flechas plateadas.
Una rumba enamorada
suena en el trópico ancestral.
Las morenas caminan
hacia el amor,
sonríen con marfiles
tallados en sal.

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