martes, 6 de enero de 2009

EL GUERRERO DE LA POESÍA

Feliciando Mejía, además de un gran hermano de las letras, es un ser pleno de sensibilidad. El hombre que me brindó todo su apoyo cuando me recibió en Cuzco con aquel abrazo de amistad. Gracias Feliciano. Que tu poesía siga recorriendo el mundo.




CANTOS DE MALORA

V

Tienes la tristeza de la piedra rajada,
un olor a sombra,
perfil de agua y de madera
y una ancestral rebeldía contra la dulce vocación de la muerte.

Bebes los aguardientes dormidos entre yerbas
renacidas sobre las tumbas de aquellos que lucharon por la vida,
te frotas el vientre con pomadas de caolín,
danzas con ondulaciones de lamprea
y saludas a las mañanas
con tus muslos traslúcidos
y la rádula de tu risa de alga.

Malora, dientes lubricios, tez de ventallo,
penas de acero y cadencia de potra:
agonizas de ira como un jabalí con el cuello sajado
cuando ves desfilar a los Buitres
con sus estandartes y glosas de rapiña y sapientes mentiras
en los ecrans y portadas de los diarios;
y te tensas como una ballesta
ante los crucifijos que santifican
las tumbas de los asesinados por el hambre.

Malora: naciste para la lucha que apenas si comienza
y para anunciar el olor de la alborada.


MARIRÍ DE GUERRA Y DE LUCIÉRNAGA


Graznan los Loros de Tocache
como perros embrutecidos
de baba y de estiércol.
Retumba la fronda con el eco de sus chillidos
de muerte;
pero los Shirimpuaz y Guacamayos
repletos de luz púrpura
ríen ante las blasfemias
de los Loros (muertos vivientes
de miedo) y prosiguen el camino.

Un Toco-Toco planea
como un Ronsoco ulcerado,
como una hiena en busca de carroña, de caminos,
de líneas de reposo, de espejos
de agua pura del descanso
y avituallamiento.

Ah, silbarimuy, tumarimuy yacu tapiocatapas.

Un Toco-Toco planea
retumbando su hélice de billetes
verdes;
mientras los dulces silbidos de los Paujiles dicen:
Chiwí, Chiwí, amados hermanos,
embósquense entre las lupunas
corónense las frentes con ramas de farinari,
beban las aguas nutrientes de coco y guarden la copra
bajo la luna verde, Chiwí;
presto, que vienen las Ratas
sudando sus grasas apestosas.

Un bochorno de Mosquitos de odio
se desgrana por la Internet
y las antenas parabólicas parecen
tetas de putas de puerto fluvial.
Los Loros Guamas como ministros sidosos,
los Loros de Tocache se enlazan
cuando los Tapires del Asco
vadean el Huallaga con sus cargamentos:
¡Me-dey, mey-dey, terminado,
aquí Lobo Blanco – Lobo Blanco,
Playa sin Luna- repito, Playa sin Luna,
Viento a Babor, cambio!
Y vadean las aguas llenas de humus del Monzón.
¡Aquí, ojo bonito, repito, ojo bonito!.
¡Me-dey, mey-dey, nueva entrega, ¿me copian?
crucen-crucen,
rápido traqueteen los pollos, hijoeputas, carajo.
¡Me-dey, mey-dey, copiado, toro ronco.
Adicional, tomen nota:
Afinen los Fals, ya-ya,
Pasen los Pollos, pollitos, todo en calma.
Pollitos míos y del Gran Jefe.
Mey-dey! ¡Cambio!
¡Aquí, Soro Uno, copiado, cierro!

Y el Toco-Toco verde hoja seca
negro petróleo
orín y blanco camuflageado
silba por sobre el techo del monte
y se va, deber cumplido;
silba en la noche de bochorno con sus luces de colores
y escarba en el aire
buscando a las Luciérnagas del Mañana,
y, ¡boom!, el Toco-Toco vomita
un misil aire-tierra
y el vientre de la selva de Uchiza estalla,
y las palmeras astilladas y los taperibáes estallan
y la tierra de May-Ushín salta como lluvia de caldera,
y las hermosas hormigas de Luz, los Pukakuros, saltan
en pedazos entre el olor de cordita.

¡Aquí, Torre Blanca, cambio!

Y rugen los Otorongos llenas las fauces de sangre
y se lanzan a los villorrios en busca de la carnicería
pero en Guayabal y en Venas de Sal,
en Dayacu, Shambillo y Puerto Azul,
en Singa, en Huipoca, Shanantía, Mebamañú,
en Yamito, Tarahuaca, Shiringal, La Frontera,
en Tahuapo, Neshuya,
en Sheshea,
en Ucumba, Panaillo, Shambo, Ubanaya,
en Huitococha, Juantía, Capotillo, Tunilla,
en Paraya, Yurac, Irazala y Curimaná,
las bestias sólo encuentran sombra amarga y hórrido desprecio.
Por los caminos ocultos de techos de hojas frescas
y ecos dulces, van las columnas de Pirirangas
con sus antorchas coloradas,
rodeados de las dulces pieles de los Cholones
y de los cantos silenciosos de los Hibitos con rayadas mejillas con achiote,
serenos, de brillantes y negros ojos pensativos,
que sonríen sin mostrar los dientes
acariciando las puntas de sus flechas de pona.
Columnas enteras de Pirirangas con ZBtreintas.
Así, ahora, de nada sirve la rabia obscena de los Toco-Tocos de muerte,
enfermos; y de nada sirve que arrasen la sagrada tierra en la floresta:
Ayaé: Toé, ilumíname.
Toé, abre mis venas.
Ah, cantarimuy, silbarimuy.
Toé, agarra mi nervio y plántalo
en el centro del mundo.
Pidirimuy.
Toé, hermano oscuro, la luna arde y el sol mastica.
Ey, Toé, ya no tengo ganas de llorar,
gritarimuy, jaylla, bailarimuy, ñuqanchik.

El retumbar del volcán prosigue,
y la lluvia nueva prosigue,
y los combates entre la sombra
y el gran amanecer prosiguen,
inexorable, en las puertas de la historia.

¡Cantarimuy, jajayllas, yau!

Shunte, 6 de octubre – Tocache 7 de octubre de 2005.

De: MARIRÍS.



ENDECHA DE LA ABUELA

Abuela dice
que el frío es grande
en la cocina
de esta nuestra casa abandonada.
Y padre no dice nada
en el fondo
de su tumba.

¡Oh, cómo, titubeando,
se va el tiempo
entre mis arrugas y mis pelos canos:
tanta década de mi padre ido
con sus largos dedos
atados a mis venas!,
y tanta abuela
vagando en el silencio
de su rostro enturbiado!.

De: TANGOS DE BAYARD (Tomo III de EL GRITO DE TERRIDE)



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