viernes, 6 de marzo de 2009

LEOPOLDO PEÑA DEL BOSQUE Y LA PALABRA



Leopoldo Peña del Bosque, es oriundo de Matamoros Tamaulipas, México, cuenta con estudios de ingeniería y maestría en microeconomía por la UANL, es Embajador de la Paz en México por el "Cercle Universel de la Paix" -con sede en Suiza-, Representante del programa radiofónico argentino “El Oro de los Tigres” y Miembro de Poetas del Mundo, es escritor, poeta y editorialista independiente de diversos medios impresos y virtuales de México y del mundo, entre su obra publicada destacan:

El Manual del Mentiroso, 1995 Editorial Castillo, México, El Manual del Pendejo, 1995, Editorial Castillo, México, El Manual del Brujo, Editorial E-Libro. Net Miami Fla, USA, La Enseñanza de Quevedo, E-Libro.Net, Miami Fla USA, El lado fácil de una vida difícil (pendiente de publicar). Poesía en la red en más de 50 sitios.

Llega el otoño


Llega el otoño,
Sin previo aviso,
Como condena,
Como una cruz.

Sumario amargo,
De tantos yerros,
En un sistema,
Que no entendí.

Vivo entrampado,
Rumiando dudas,
En la morriña,
Del yo no fui.

Del yo no tuve,
Del yo no pude,
Del yo no supe,
Cuanto perdí.

Llega el otoño,
Cobrando renta,
Como un adagio,
Como una cruz.


La soledad

Destino umbrío, resulta el mío,
Sin una estrella, con ésta cruz,
Ya no me alegra, su dulce risa,
Mi linda rosa, se marchitó.

Soy de esas almas, que Dios esquiva,
Porque se inhuman, con un amor,
Vivo aferrado, a su memoria,
Y al gran cariño, que me brindó.

Hoy entre nublos, viajo sin rumbo,
Como un jilguero, que se perdió,
No hay ilusiones, que perseveren,
La dicha de antes, jamás volvió.

En el elipsis, del frío osario,
Madre me muero, al verte ahí,
Solo ese Cristo, que te acompaña,
Sabe la pena, que sufro aquí.

Pálida rosa, del gris osario,
Como desecas, sin haber sol,
Igual mi alma, reseca y triste,
De sus raíces, no se apartó.

Tiempo de cisma, sacude al mundo,
Y que presagia, conflagración,
Ya nada temo, ya nada espero,
Solo tristezas, desolación.

Clava el estoque, de tus desgracias,
Destroza mi alma, sin compasión.
Dale consuelo, a este muerto en vida,
Que no soporta… su soledad.

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