Graciela María Casartelli de Unquillo, Sierras de Córdoba, Argentina
Contaba 6 años y como todos los niños y las niñas, disfrutaba los minutos que mis padres me brindaban, contándome sus experiencias, cuentos y reflexiones.
Mi padre por entonces, estaba con una gran depresión, cuyo origen nunca llegué a comprender; pero sí a vivir…y también a sufrir. Por lo general estaba todo el día acostado y cuando salía del dormitorio, su aproximación era hosca y cambiante, con un tono muy lejano de nosotros, sus hijos. A esto, agregaba extraños momentos de estrepitosa alegría, en que bailaba solo y más me causaba asombro, estos comportamientos que nunca podía discernir. De todos modos, a esa edad, la dependencia que uno crea hacia sus mayores, o tal vez en mi propio caso, era importante.
En los anocheceres, solíamos sentarnos en un banco que teníamos en el jardín del frente de casa, bajo un farol que estaba apagado y allí platicábamos largamente. Con sinceridad, disfrutaba mucho esos únicos momentos de acercamiento, que han quedado en mi memoria; solamente eso, el disfrute de la vivencia y no los contenidos de las pláticas. Sí recuerdo el perfume de los jazmines que trepaban en las ventanas del living que daban al norte, hacia la calle y alguna alusión que él hacía de su belleza.
Una noche, en que todo parecía dotado de hermosura y armonioso en esa relación, tuve una idea que creí feliz. Intentando agradarle, pensé en alumbrar el lugar y sin más, corrí hacia dentro de la casa, buscando la llave que encendería el farol y lo prendí.
Presurosa, corrí nuevamente hacia el banco donde estaba mi padre, con un gran gozo en el corazón. Él, que se había parado junto al banco, me recibió propinándome un cachetazo en la cabeza, que sentí como un golpe intenso y por supuesto, mi reacción fue llorar desconsoladamente buscando a mi madre, para pedir su refugio. Recuerdo que ella le recriminó aquella acción, abrazándome.
Pero, ese fue un instante, en que aquella luz, la cual prendí osada, por dar tanto cariño, se apagó en mi espíritu.
A pesar de mi corta edad, percibí la injusticia en la mano violenta del más poderoso, que no mide la consecuencia de sus actos, en la vida y en el corazón del agredido…
Sí, aquella noche perdí la inocencia…
Esa inocencia de alma entregada honestamente, íntegra e ingenua.
Ya no valdría la pena en mi futuro, volver a entregarla nuevamente. Ahora, estaba manchada, con la sombra de la desconfianza, el recelo y el cálculo.
No queda mucho por construir, cuando la pureza del alma, ya no importa ni existe. Se reconstruyen pedazos, pero como el cristal, no puede repararse.
Si pudiéramos medir nuestros impulsos y pensar, antes de actuar, no cometeríamos tantos errores; y por supuesto que la adultez, la madurez, a uno lo vuelven más compresivo y se perdona todo, más a nuestros padres.
Qué hermoso sería, regresar al minuto antes, que mi corazón se rompiera y cambiar así el curso de mi historia…
25 comentarios:
GRACIELA MARÍA CASARTELLI, VIVES EN UNQUILLO, MI LUGAR PREFERIDO, MI CASA GRANDE, M I CIUDAD Y SU GENTE, MI FAMILIA!. ME GUSTA MUCHO LO QUE HAS ESCRITO Y REVELA UN ARMONIOSO SENTIMIENTO. ME GUSTARÍA QUE NOS COMUNICÁRAMOS. MI EMAIL: nellyantokoletz@hotmail.com
UN ABRAZO Y FELICITACIONES A MI AMIGO JUAN POMPONIO . NELLY ANTOKOLETZ
Querida amiga del alma, cuantas cosas que son incognitas, que no tiene respuestas, que nos marcan para toda la vida, pero hay que aceptarlos y seguir, asi como vos, como yo y como miles de personas que han sufrido en carne propia el dolor de haber perdido la inocencia, en manos de nuestros padres, que quizas en ese momento no entendiamos, y creo que hasta el dia de hoy no logramos entender...
eres un ser puro, lleno de cualidades, por eso eres mi amiga y te quiero mucho...
adelante señora poeta, hermoso tu escrito, pero mucho dolor..
besos
me olvide poner mi nombre, pero creo que te has dado cuenta quien soy...besitos amiga, hermosa pagina, felicitaciones al dueño de este rinconcito...saludos....
ELSA.....(POMPYS)
A todos los comentarios al escrito de Graciela, sólo puedo agregar que me alegra haber servido de puente entre todas ustedes y ojala que muchos más se animen a publicar sus historias.
Mucha luz a todos.
Juan Pomponio
Anecdota conmovedora, amiga...gracias por compartirla. De todo se aprende, tambien a volver al minuto anterior, mas de uno se ha construido un mundo con puentes interiores para cruzar donde se le dé la gana, culpa de que algun arquitecto malicioso ha errado un cálculo. Con el afecto de siempre, el huron de gonzales chaves
Si pudieses volver atras, con la sabiduria que tienes ahora, volverias a encender esa luz?. Espero que la respuesta sea si, siempre si, vuelve a recuperar a toda prisa la inocencia de esa niña interior y disfruta en el paraiso de las maravillas de la creación. Sientete orgullosa de esa niña que encendio la luz, por amor. Nunca te arrepientas de ese acto, nunca. Ojala que todos recuperemos la inocencia de ese niño interior y ningun adulto le robemos esa inocencia.
Y cada día uno aprende...y eso implica crecimiento... Son sabias todas las hermosas reflexiones que aquí me dejan;las guardaré en mi corazón.
Agradezco al amigo Juan esta publicación y a cada uno de quienes han votado o dejan algún comentario.
También agradezco al Hermano Francisco, a todos los que dejan sus comentarios sobre el texto conmovedor de Graciela María. E invito a todos a enviar sus historias de vida. Que "Fragua universal" sea un lugar de unión hacia todos los seres humanos que creen en el AMOR, la realidad de un mundo equilibrado y en paz.
Mucha Luz
Juan Pomponio
En esta vida terrenales tanto son los dolores y muchas los sufrimientos a los que vos somos puestos a la prueba pero a por estos sufrimientos has sabido llevar mucho amor por la vida.
Un abrazo de luz
Teneresse
Querida Graciela mil gracias por la oportunidad que me das al invitarme a leer tu interesante escrito "cuando perdí la inocencia"
te felicito de corazón para que sigas el gran camino donde te hallas.
besos amiga querida, y mucha paz, luz y amor
LovePetals*Jay
Grace:
Donde dejas un escrito tuyo, se ilumina el corazòn, la razòn, la emociòn, la sabidurìa; esta ùltima que se destaca tanto en vos.
Se disculpa pero no se olvida, cierto? Lo sè, vaya si lo sè y vos sabès por què lo sè...
Este casi trabalenguas con el verbo saber.
Y lo sabemos con el correr de los años, mas en la niñez es el llanto de làgrimas opacas...
Un beso repleto de admiraciòn hacia vos, Grace de mi alma y un saludo cordial, para usted, Sr. Juan Pomponio.
Feliz por todos los comentario y el bello clima que produjo el escrito de Graciela.
El Perdón libera. Nos quita el peso del alma.
Abrazo de luz
Juan Pomponio
Hola Graciela.
Gracias por este relato hermoso, sencillo y muy vivo. Felicitaciones! Un abrazo a Juan Pomponio que tuvo la feliz idea de publicarlo.
Cariños. MILY
Graciela muchas luces se encendieron en nuestra vida y nuestra inocencia muere y revive en cada instante. También recuerdo una cachetada de mi padre, de su mano grande, que cuando miro las mias la recuerdo, y si, pobre, no sabria como tu padre que hacer, habra sentido miedo y reacciono asi...pobres tu padre y el mio, quizas ellos tambien hayan recibido cachetazos a su inocencia, todos vivmos a los ponchazos, tratando de hacer lo mejor que podian ellos y que podamos nosotros...Al final dice si no se me hubiese roto el corazon, a ti o a el...creo que en ese momento se le rompio el corazon a los dos.
Te regalo esta lagrima que rueda por mi mejilla por mi padre y por tu padre, por nuestros recuerdos, por nuestra inocencia y por nosotras. un beso enomre en tu alma.
Cris Carbone
Gracias, querida Graciela!
Estou muito feliz com seu convite para ler um conto tão belo...
Beijinhos mil!!!
Ligi@Tomarchio
Querida Graciela, que historia amiga valiente, te quiero, un beso Gloria
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Siguen las palabras para Graciela. Debe estar muy feliz por la repercusión de su texto. Bienvenidas, la Fragua es de ustedes. Espero vuestros textos.
Abrazos de luz
Para todos
Juan Pomponio
Querida Graciela: ¡¡¡ como marco tu vida la actitud de tu padre !!!.
Pero quizas el que más sufrio fué el. En esos tiempos era muy dificil que un mayor reconociera algunos errores o reacciones. Si bien tu dices que alli perdiste la inocencia, yo creo que en ese momento empezó a forjarse el espiritu creativo y sensible que te acompaña permanentemente. Comenzaste a formarte como artista en el crisol del dolor. Te felicito porque no es facil narrar situaciones del tipo de la que te toco vivir en tiempos de la niñez.
Gracias Graciela por darme ocasión de conocerte un poco más .
Un beso y todo mi cariño ...
.... Marina ....
QUERIDA GRACIELA; Si hasta ahora me unían a vos muchas cosas, ahora, leída esa poesía me unen muchas más. Mi padre tenía la mano rápida para pegar... Algún día te lo contaré...
Yo también perdí mi inocencia a causa de sopapos de una mano enorme que me dejaba sus marcas... Es sumamente triste, jamás lo superé. Aunque pasaron tantos años, todavía me duele. Con el agravante que yo jamás pude dialogar con él. No me dejaba hablar, su palabra era la ley...
Besitos
Marga
Cuantas manos pesadas habrán marcado inocencias. Si supieran la marca psicológica y espiritual que dejan en un niño/a a esa edad. Muchos se fren,arían mucho antes de golpear. Pero ellos no saben. Lo mejor es enterrar el pasado y seguir con la vida en el ahora. Nada podrá cambiar ese golpe. Sólo el perdón.
Luz
Juan Pomponio
Estimada Graciela, en tus escritos demostras que los golpes de la vida lejos de debilitarte te han fortalecido, y luchas por mantener intacta tu sensibilidad .
Un abrazo.
Juan Carlos Siarez
Carissima Graziella, bellissimo e doloroso il tuo racconto, però come già ti ha scritto qualcuno quell'avvenimento è servito a rafforzarti, capisco la tua delusione,ma oggi a distanza di molti anni forse capisci in quale condizione mentale poteva essere tuo padre, con stima Sandro (Italia-Roma)
E belo sentire le parole della Italia. La tierra de mis padres.
Espero que manden sus poemas en italiano o español.
Tanti auguri per lei.
Juan
Querida Graciela
Cuanto dolor en tu alma, me haces sentir un frio en mi interior amiga.
Tal vez algo le habia pasado a tu padre, nunca sabemos lo que piensa el otro ser.
Pero eres muy valiente pues demuestras que tú lo puede contar, y dejas ver tu alma plena de luz.
Te quiero amiga!!!
Besos Ana María Zacagnino
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